Vídeos relacionados:
El servicio meteorológico de Cayo Hueso informó el viernes que el humo y el olor de los incendios forestales en Cuba han viajado más de 90 millas para llegar a los Cayos de Florida.
“Si ha notado un olor a quemado en el exterior esta mañana y cielos brumosos, he aquí el porqué: debido a los vientos del sureste al sur, el humo de los incendios de los campos de caña de azúcar en Cuba ha sido transportado hacia el norte”, explicó en Facebook el Servicio Meteorológico Nacional de EE.UU. en Key West Florida.
Lo más leído hoy:
En la isla, varios incendios forestales se han desatado en las últimas semanas. El más importante de ellos, en Pinares de Mayarí, al oriente de Cuba, desde el pasado 17 de febrero ha consumido casi 5,000 hectáreas de bosque sin que todavía haya podido ser controlado.
Este sábado trascendió que la recuperación de las miles de hectáreas de bosques afectadas puede tardar hasta 40 años, aunque por el momento no hay datos concretos sobre el verdadero impacto medioambiental del siniestro, porque continúan sin sofocar las llamas del fuego.
La intensa sequía, la cantidad de días consecutivos con altas temperaturas y la falta de humedad en el suelo son factores predominantes en la magnitud de este incendio.
El pasado miércoles, por su parte, se conoció que más de 40 cañaverales se consumieron en incendios ocasionados en la provincia Granma, según autoridades del territorio.
La zona oriental del país acumula 46 incendios en campos de cañas y la pérdida de unas 70 toneladas de azúcar.
La intensa sequía en esa provincia es también la principal causa de unos 20 incendios forestales reportados en ese territorio, que han afectado a más de un centenar de hectáreas.
El pasado lunes, pudieron ser controlados tres incendios forestales de moderada magnitud que se desataron el fin de semana pasado en zonas montañosas de Pinar del Río, y dejaron como saldo unas 100 hectáreas quemadas por las llamas.
La pasada semana también se informó que había sido sofocado un incendio forestal en Las Tunas, que destruyó unas 140 hectáreas de herbazales de ciénaga en los derramaderos del río Jobabo, zona limítrofe del área protegida Ojo de Agua-Monte Cabaniguán con Granma.
Archivado en: