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Hansel Porras García (Pinar del Río, 1994) tiene alma de jiribilla obsesionada con la creación y la estética, desde su niñez, cuando devoraba guiones de radio, actuaba en la emisora de su ciudad natal y lo arrullaba su abuela solar; creció estudiando para actor en La Habana y luego, en Miami, aprendió a producir y dirigir películas.
Por el camino, hizo teatro; al que quiere volver; porque es un mirón de nacimiento y se pasa la vida mirando a su entorno cubanoamericano e hispano de Miami, donde acaba de conquistar al público con Febrero, que mantendrá al espectador pegado a la butaca con un desenlace inesperado.
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En la conversación con CiberCuba insistirá una y otra vez en que los lectores sepan que podrán ver Febrero en marzo y sucesivos, gracias a la Residencia Cinematográfica de Oolite Arts y al esfuerzo y trabajo de "un equipo maravilloso que se dejó el alma en el set con cada escena, junto a Lili Rentería y a Amarilys Núñez". Es un ruego por agradecimiento, avisa; y se mete en el cuestionario.
¿Porqué Febrero?
La acción de toda la película transcurre durante las 24 horas de un 29 de febrero; año bisiesto.
¿Cuál es tu valoración del festival de cine de Miami?
Este año el festival ha tenido un programa bastante variado e interesante, que ha destacado a la comunidad cubana, pero sobre todo a la comunidad de cineastas locales ya que muchas de las películas presentadas en el festival, e incluyo cortometrajes, fueron realizadas en Miami, y eso es muy especial.
Para mí es un honor que nuestra película se haya estrenado en el festival de cine de la misma ciudad donde nació.
Viendo el trailer de Febrero, uno piensa en Thelma y Louise a la cubana; ¿cómo concebiste la película, porqué una historia de mujeres?
Bueno… ya que lo mencionas… sí… en algún momento uno de los personajes hace referencia a Thelma and Louise en la película.
Cuando estaba estudiando cine, un profesor mencionó el Test de Bechdel, un “método” para evaluar la brecha de género en las películas. En teoría, una película pasa la prueba de Bechdel si aparecen al menos dos personajes femeninos con nombre propio, que mantienen una conversación que no tiene como tema un hombre. Desde mi perspectiva, el cine cubano no tiene muchas películas que pasen el test, y me propuse hacer una. Febrero sale a partir de una experiencia con mi abuela que me hizo cuestionarme esa agonía social de dejarse envejecer el alma un poco más con cada vuelta al Sol.
¿Seguirás contando vida y milagros de la comunidad hispana en Estados Unidos o ya rondan en tu cabeza otras miradas?
Voy a seguir contando lo que tengo cerca, lo que veo día a día. Mi realidad. Lo que me preocupa o interesa.
Además de cineasta, escribes y pones voz a anuncios comerciales; ¿cómo fuiste de chiquitico en tu natal Pinar del Río?
Un chiquitico que soñaba con trabajar como actor en la emisora Radio Guamá, donde trabajaba su tía Yamily. No tenía otra ambición ni otro sueño, y mi vida transcurría leyéndome los libretos que mi tía me traía de la emisora y otra etapa de mi infancia transcurrió haciendo programas infantiles para la misma emisora.
¿Vas a volver a la radio, o ya te quedarás en el audiovisual?
Voy a volver a la radio, pero eso es algo que todavía se está cocinando. En cualquier caso, no sería una cosa o la otra. Yo quiero fluir y comunicarme y expresarme en cualquier medio y de cualquier forma que sienta que debo hacerlo.
¿Qué dejó el teatro en ti, volverás a subirte a las tablas?
Al teatro le tengo muchísimo respeto, pero muchísimo amor también. Me encanta ese rigor y esa euforia en vivo y en directo. Sí, claro que volvería a hacerlo, por supuesto. No quiero permitirme no hacer aquello que me haga sentir vivo, y con certeza, el teatro es de esas cosas.
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