Un cubano denunció que, luego de una larga espera por un carro fúnebre en Santiago de Cuba, el esposo de su prima debió ser velado en su casa sin la certeza de cuándo sería trasladado al cementerio y sin saber dónde sería sepultado.
"Exijo inmediatamente que las autoridades partidistas de Santiago de Cuba, Servicios Comunales, y cada jefe comunista de Santiago de Cuba que, si no tienen carro fúnebre, pongan su carro, que es el 'carro del pueblo', para que los féretros y en este caso, el del fallecido Carlos Bicet, sea enterrado en el cementerio Santa Ifigenia", expresó indignado en un post de Facebook Yosmany Mayeta Labrada.
Mayeta contó que su allegado falleció la noche del martes pero todavía el miércoles era una incógnita el destino de su cuerpo.
Los familiares del denunciante le contaron que, al momento de escribir la publicación, este miércoles, y transcurridas varias horas desde el deceso, aún se desconocía el cementerio dónde enterrarían a Bicet porque el hijo del fallecido debía llamar en la tarde para que le dieran las indicaciones sobre la sepultura.
"Por qué, después de muerta una persona, juegan con el dolor familiar. Por qué las cajas son de cartón y son los familiares los que tienen que remendarlas para que no se defonden. Por qué ya no se entierran a las personas en el Cementerio Santa Ifigenia. Por qué no hay carros fúnebres", cuestionó en su texto.
Debido a la burocracia y la ausencia de carros para transportar los ataúdes, las familias de los fallecidos se ven obligadas a buscar soluciones en medio del duelo por la pérdida de sus seres queridos.
Los pocos carros fúnebres activos en las ciudades y poblados cubanos no alcanzan para cubrir las necesidades y, en la mayoría de las ocasiones, tampoco existen ataúdes para la sepultura.
Muchas personas han pasado largas horas esperando por vehículos para transportar los cadáveres, y algunos recurren a las redes sociales en busca de ayuda para trasladar a los fallecidos y conseguir ataúdes.
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