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El Gobierno de España recomendó a sus ciudadanos que presten especial atención a sus pertenencias y seguridad personal cuando viajen a Cuba, un país en el que la violencia y la delincuencia se han disparado en los últimos tiempos.
“Debe prestarse especial atención a los hurtos de bolsos y otros enseres personales en las playas (tanto en las Playas del Este, próximas a La Habana, como en otras playas cercanas a localidades turísticas como Trinidad o Cienfuegos). Se recomienda encarecidamente no dejar pertenencias sin vigilancia en la playa, ni siquiera durante el baño”, avisó la cancillería española en su página web.
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En su aviso sobre Cuba para viajeros españoles, el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación (MAEC) describió al país caribeño como “un destino seguro, especialmente si se compara con la mayoría de los países de la región”.
“Sin embargo, son frecuentes los hurtos y los robos, que en ocasiones pueden llegar a cometerse mediante el uso de la violencia”, alertó el gobierno español a sus ciudadanos, a los que recordó que “el viaje se realiza siempre por cuenta y riesgo del viajero”, y que el Estado español no se hace responsable por los daños o perjuicios que puedan resultar del desconocimiento o inobservancia de la recomendación.
Especial énfasis puso el MAEC en los casos de “robos en gasolineras, especialmente en casos de vehículos alquilados con placa “T” (turística) y camino de los cayos (alrededores de Santa Clara)”.
“Se trata, por lo general, de individuos de nacionalidad cubana que solicitan ser transportados a algún lugar cercano o que se ofrecen para guiar a los turistas a la dirección que buscan, hasta una gasolinera abastecida o hasta un taller de reparación de neumáticos (conocidas como “poncheras”) en caso de pinchazo”, precisaron las autoridades españolas.
En su alerta, subrayaron que estos robos a turistas en la carretera “incluyen, en ocasiones, el uso de la violencia o el robo del propio vehículo con la totalidad de las pertenencias de los turistas en su interior. Por ello, se desaconseja recoger autoestopistas (práctica localmente conocida como “dar botella”), especialmente fuera de las ciudades o cerca las playas”.
Además de estos riesgos, se avisó a los turistas españoles de "no hacer ostentación de cámara de fotos, vídeo, o dinero metálico en cantidades importantes", así como “no llevar toda la documentación en el mismo bolso o cartera ya que, en caso de hurto, el viajero quedará indocumentado”.
“Evite aceptar la compañía de personas no conocidas que suelen ofrecerse como acompañantes o guías para facilitar todo tipo de servicios y compras de algunos productos”, señaló la cancillería española.
El gobierno español, encabezado por los socialistas y sus socios de izquierda, recomendó también prestar mucha atención a los riesgos que se derivan de la contratación de servicios en agencias turísticas del régimen cubano.
“Es recomendable que aquellos que utilicen los servicios de alquiler de coches en las distintas agencias existentes en este país lean con todo cuidado las condiciones del alquiler y las coberturas del seguro correspondientes antes de firmar el contrato”, apuntó.
Dejando en claro el límite de su acción en la jurisdicción cubana, el gobierno español recordó a sus ciudadanos que “todo ciudadano extranjero que sea sometido a investigación policial o judicial podrá ser retenido por las autoridades cubanas hasta tanto se dilucide su eventual implicación en el caso en cuestión, incluido en casos de infracciones de tráfico”.
Esta inseguridad jurídica es todavía mayor en el caso de los ciudadanos con doble nacionalidad hispano-cubana. En ese sentido el MAEC alertó que estos, “son considerados por las autoridades cubanas como exclusivamente cubanos, lo que puede afectar a las condiciones de salida de ese país”.
Las recomendaciones, actualizadas a comienzo de esta semana, dejan ver la preocupación por la seguridad del turismo que empieza a tener la comunidad internacional, incluso en países como España, cercano a Cuba por muchas razones, y uno de los principales emisores de turistas a la isla.
A mediados de marzo, el cadáver de un turista de nacionalidad alemana fue encontrado en el interior de un apartamento en el Vedado, en La Habana. Según dio a conocer un medio independiente, citando como fuente vecinos de la zona, la víctima habría sido supuestamente asesinada.
Por las mismas fechas, una madre cubana denunció que dos sujetos habían apuñalado a su hijo para robarle el teléfono celular en el reparto Mantilla, en el habanero municipio Arroyo Naranjo. El joven tuvo la suerte de que la herida no afectó ningún órgano vital, y su vida no corre peligro. Sin embargo, el susto y la sensación de inseguridad dejaron en shock a la familia.
"La violencia que se está viviendo hoy en esta provincia es horrible”, expresó recientemente una cubana residente en Guantánamo, la más oriental de las provincias cubanas.
Según denunció, esta violencia caracteriza a grupos de “adolescentes, menores de edad casi todos, [que] están asaltando, agrediendo, matando sin piedad por cosas materiales (celulares, prendas, etc) en lugares públicos (hospital, escuela, calles públicas) y donde se les ocurra, creando pánico a los niños, los jóvenes, a la población de forma general. Y no pasa nada".
El régimen cubano -al que la sociedad civil acusa de ser responsable de una violencia que tiene causas estructurales y que responde a la grave crisis que atraviesa el país- aspira a recibir tres millones de turistas internacionales este año.
Con una inflación galopante, escasez de todo, apagones, salarios paupérrimos, precios astronómicos, propaganda incesante, represión y absoluta desesperanza, los cubanos ven cómo el presupuesto del Estado se destina a infraestructuras hoteleras y de servicios al turismo, mientras el país se cae a pedazos y miles de cubanos son arrastrados a la indigencia o la violencia.
En los dos primeros meses del año, según cifras oficiales, menos de 500,000 turistas visitaron Cuba. De mantenerse la tendencia y no suceder ningún imprevisto, a final de año las expectativas oficiales podrían verse cumplidas o satisfechas en alto grado.
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