Cubanos de todas las edades sin miedo a las alturas se dieron cita este domingo en el río Canímar, en la ciudad de Matanzas, para vivir una emocionante jornada de puenting, la conocida actividad de deporte extremo consistente en un salto al vacío con una cuerda elástica atada al torso o a un tobillo.
El puente sobre el río Canímar -que tiene 38 metros de altura y 297 metros de largo- es uno de los espacios donde en Cuba es más habitual ese tipo de actividad deportiva, que gana adeptos entre quienes aman las experiencias fuertes y también aquellos que se lo pueden permitir desde el punto de vista económico.
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La actividad de este domingo, que además del puenting incluía los traslados, baño en el río y alquiler de bicicletas acuáticas, tenía un coste de 2,300 CUP por persona, según detalló una promoción de una agencia de viajes.
Imágenes difundidas en el grupo de Facebook "Fotos de Matanzas La Bella", revelan la emoción con que los asistentes al evento, organizado por el proyecto "Entre Montañas", vivieron la jornada.
Cuando la persona salta, la cuerda se extiende para contrarrestar la inercia provocada por la aceleración de la gravedad en la fase de la caída. Entonces, el sujeto ascenderá y descenderá hasta que la energía inicial del salto desaparezca, ello habitualmente en medio de gritos de sorpresa y susto de los testigos del momento.
Uno de los casos más singulares de la jornada fue el de un miembro de la Sociedad Espeleológica de Cuba, Orlando Félix Velázquez Sánchez, un experimentado saltador que aunque algunos subestimaron por sus muletas, dio ejemplo de valentía y buena técnica de salto.
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