Barbero cubano pensó que EE.UU. rechazó su asilo pero ni lo había solicitado

Lo que le negaron fue el cambio de dirección y tiene muchas posibilidades de salvar su caso, según el abogado Ismael Labrador, de Gallardo Law Firm.  

Richard Marchante García © Facebook/Richard García
Richard Marchante García Foto © Facebook/Richard García

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Este artículo es de hace 1 año

El joven barbero cubano, Richard Marchante García, que fuera acosado en la isla por negarse a pelar a un miembro de la Seguridad del Estado y que recién anunció que le había rechazado su asilo político en EE. UU, realmente ni lo había presentado y tiene muchas posibilidades de salvar su caso, según abogado experto en temas migratorio.

“Yo hablé con él, estaba muy nervioso, muy asustado, muy temeroso de todo lo que le está pasando, pero cuando le reviso los papeles, lo que le denegaron fue el cambio de dirección”, explicó el abogado Ismael Labrador, de Gallardo Law Firm, al periodista Mario J. Pentón que lo entrevistó para su canal de YouTube.


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Labrador comentó sobre el caso de Marchante García que cuando él llegó a Estados Unidos le pusieron su corte en Tennessee, en Memphis, pero que él se mudó a Nebraska, y que alguien le hizo allí el trámite de cambio de dirección, que fue denegado “porque fue mandado al lugar incorrecto”.

“Después que comenzamos a hablar, reviso que aún tiene su fecha de Corte para julio de este año. Le reviso todos sus papeles y cuando le pregunto por su recibo de asilo y él me dice que no tiene su recibo de asilo, chequeo el reloj de la corte, y lo tiene en cero, entonces me doy cuenta que no tiene el récord de su asilo, y ya le pasó un año”, explicó, además, el abogado sobre este caso.

También comentó que como “ya lleva más de un año en este país, entonces hay que pedirle a la Corte que acepte su asilo tardíamente, usando como excusa toda esta ineficiencia y toda esta mal representación y fraude que están cometiendo los notarios, que yo creo que es algo bien importante que todos estén claro a la hora de hacer trámites, porque él dice que le cobraron bastante dinero y mira el resultado que ha tenido”.

Asimismo, aseguró, que el joven tiene “todas las posibilidades del mundo de salvarse” y que como abogado él “siempre he usado esta excusa, que no es una falsedad, de que los notarios no tienen la educación ni la responsabilidad legal para hacerse responsables de este tipo de casos, y cada juez ha entendido, porque esto es bien común”.

“Él tiene muchas posibilidades para presentar su caso, que es sólido. Sencillamente solo hay que presentarlo y empezarlo a lucharlo. Él vive en Nebraska, hay que hacerle el cambio de dirección, pero sí, yo creo que tiene remedio, solo que hay que apurarse y hacer el caso bien hecho”, concluyó Labrador sobre la situación legal de Marchante García, quien en la última semana había pedido apoyo y orientación para saber qué podía hacer para legalizar su estatus en EE. UU, tras ingresar a ese país el 18 de marzo de 2022 y haber sido liberado con formulario I-220A.

A finales de julio de 2021, pocos días después de las protestas del 11J, Marchante García se dio a conocer tras negarse a darle servicio a un cliente por considerarlo un represor al servicio de la Seguridad del Estado.

Un video filmado y compartido por el emprendedor mostró su discusión con el presunto agente castrista, quien primero le exigió que cerrara el local y, ante la negativa del joven, lo amenazó con llamar a la policía.

A ese episodio, que lo convirtió en "el barbero que no pela chivatos", siguieron varias evidencias de acoso y citaciones policiales.

"No le tengo miedo a la dictadura ni a sus esbirros, y les aclaro que no soy un delincuente ni mucho menos un terrorista, solo soy un cubano, que se cansó de las mentiras y de la miseria en la cual lo han hecho vivir...", dijo en Facebook en octubre de ese año, tras compartir imágenes de la vigilancia a la que estaba siendo sometida su vivienda.

En los últimos meses, una cantidad creciente de cubanos que fueron liberados con el formulario I-220-A, conocido como "orden de libertad bajo palabra", han venido insistiendo en que se les reconozca su entrada a Estados Unidos y lamentan que no pueden ajustar su condición migratoria. Una decisión judicial previa había reconocido la I-220-A como una entrada legal al país o parole, pero sólo entre enero de 2017 y enero de 2021.

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