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La Seguridad del Estado mantiene una deteriorada red activa, de unos 36 mil agentes secretos, pero los jefes no están contentos con su trabajo, que ha sido afectado por la emigración a Estados Unidos de familias que fueron propietarias de casas de contacto y nichos secretos, reveló a CiberCuba un alto oficial del Ministerio del Interior (MININT), que rehusó ser identificado.
La cifra -que incluye a agentes del G-2, Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) y Antiterrorismo- fue manejada por el alto mando del MININT en una reunión convocada para analizar el informe correspondiente al primer trimestre del año; que constató "pobres resultados operativos, excusas y desmotivación".
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La cúpula del MININT concedió prioridad a sus más de 25 mil Agentes de penetración, principal categoría de fuente secreta dirigida a infiltrarse entre los cubanos sospechosos de espionaje, miembros y vinculados a organizaciones opositoras fuera y dentro de Cuba, Personas de Interés Operativo (PIO); por su abierto rechazo al comunismo, activistas y personas proclives a la actividad delictiva común, entre otras.
Previo a la elaboración del informe y la reunión de análisis del trabajo operativo entre enero y marzo, el alto mando del MININT ordenó hacer una encuesta secreta en unidades operativas de La Habana, Villa Clara, Holguín y Santiago de Cuba, seleccionando oficiales de mayor experiencia y confiabilidad dentro de esos territorios, e indicándoles realizar la misma entre sus Agentes de penetración y casas de contacto; con la condición que el resto de la oficialidad no conociera la misión.
El estudio arrojó, como tendencia creciente, la pérdida de confianza de los agentes en los métodos operativos para protegerlos, la incertidumbre de qué pasará con sus expedientes secretos si se produce un cambio repentino de sistema político y los deseos de desvincularse definitivamente de los órganos operativos; por el "interés de emigrar sin compromiso alguno".
La alarmante solicitud de bajas de Agentes de penetración y de dueños de casas de contacto, que existe en todas las provincias de Cuba e Isla de la Juventud, dificultó, en extremo, la atención segura a la agentura, profundizando un problema ya evidente desde 2019 y agravado en 2022, "cuando emigraron, legalmente, muchas familias que cumplían esas tareas y con quienes la Contrainteligencia suspendió definitivamente los contactos operativos, por pérdida de confiabilidad".
Numerosos agentes -propietarios de “Casas nichos”, subordinados a la dirección Antiterrorista del MININT- también emigraron; "obligando a vaciar, precipitadamente, las armas que guardaban", supuestamente destinadas a una guerra de resistencia popular contra Estados Unidos.
La mayoría de los agentes encuestados se excusó en la falta de tiempo para ver programas informativos y leer la prensa estatal; actitud que la dirección de la Contrainteligencia consideró "una renuncia que debilita su apoyo a la revolución".
El chequeo trimestral confirmó la tendencia al fraude y decrecimiento en la calidad de las informaciones obtenidas por el MININT a través de sus agentes, pues carecen de real interés operativo; debido a la creciente desmotivación de la agentura, al comprobar que "ponen en riesgo sus vidas sin que nada cambie en el país para mejor".
En febrero, una oficial del Departamento XII (Información y Análisis) de la Dirección General de la Contrainteligencia (DGCI) lamentó el incremento diario de oficiales sancionados por cometer fraudes operativos y mentir.
Los agentes encuestados transmitieron a los oficiales la perdida de confianza en los métodos operativos para protegerlos, la incertidumbre de qué pasará con sus expedientes secretos si se produce un cambio repentino de sistema político y su deseos de "desvincularse definitivamente de los órganos operativos por el interés de emigrar sin compromiso alguno".
La inexperiencia de jóvenes miembros del G-2, mal preparados debido a que sus profesores, mayoritariamente, son oficiales que "no dieron pie con bola en la línea operativa", son otras causas del deterioro del trabajo secreto del Ministerio del Interior, consignadas en el informe de trabajo trimestral, que incluyó un documento en formato Power Point.
Todas estas problemáticas se ven reflejadas en los bajos porcentajes de descubrimiento de actividades enemiga y delictiva; ambas categorías en una tendencia negativa que comienza a ser "difícil de controlar"; reconoció el informe secreto del Ministerio del Interior.
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