El gobierno que encabeza Miguel Díaz-Canel, quien seguramente saldrá reelecto el próximo 19 de abril por un período de otros cinco años más en el poder, se propone estabilizar el sistema eléctrico nacional (SEN) en 2023.
Cuatro años después del comienzo de la última crisis energética en Cuba, que en sus inicios hizo temer a los cubanos el regreso de un nuevo “período especial” -y en la actualidad ya ha superado esos temores-, el régimen cubano promete estabilizar el SEN a lo largo de este año.
Así lo aseguraron este martes las autoridades durante el balance anual del Ministerio de Energía y Minas, una reunión que estuvo presidida por el primer ministro Manuel Marrero Cruz, y en la que se habló de “explotar mejor las potencialidades internas”, “recuperar la sistematicidad y la exigencia en el trabajo” y “combatir la minería ilegal, el robo de electricidad y el trasiego de combustibles”.
En sintonía con estas metas vacías de contenido y consignas propias de la retórica del régimen, el ministerio que dirige Vicente de la O Levy, también se propone “aumentar las exportaciones” de níquel y otros minerales, como si estos yacimientos hubiesen sido recién descubiertos.
Una reseña de la reunión publicada por Cubadebate señala que la situación del sistema electro energético nacional fue un punto ampliamente debatido en la reunión, en la que se pusieron sobre la mesa “las estrategias trazadas para su estabilización”.
En ese sentido, De la O Levy habló de la necesidad de “asegurar la generación base de las termoeléctricas, así como apostar cada vez con más fuerza en la implementación de energías renovables”.
Desde 2014 el régimen cubano dice tener un plan para construir 19 bioeléctricas. Desde 2004 se embarcó en la llamada “revolución energética” del extinto dictador Fidel Castro Ruz basada en la generación eléctrica que aportaban 73,420 grupos electrógenos y el petróleo de Venezuela.
La lista de planes y objetivos podría seguir… Todos dieron por resultado la situación actual, que podría definirse por la implosión del SEN, la ruina total de las termoeléctricas del país por averías y falta de mantenimientos, catástrofes con víctimas mortales y pérdidas millonarias, escasez de combustible, apagones masivos -llegando incluso a ser totales en tres ocasiones- y la incapacidad de las autoridades de detener esta espiral de destrucción y ofrecer un servicio eficiente a los consumidores cubanos.
Consumidores que son ciudadanos sin derechos, pero que pagan por el servicio eléctrico con el dinero devaluado por los propios responsables de la crisis en Cuba, que abarca desde la generación eléctrica hasta la creación de cualesquiera otros bienes públicos. Una crisis que ha provocado las primeras manifestaciones de protesta bajo el régimen represor totalitario y el mayor éxodo migratorio de la historia del país.
“Aun con la difícil situación financiera debemos sostener los mantenimientos y los planes trazados. Este ministerio ha demostrado la calidad de su personal. Es justo el reconocimiento a sus trabajadores, que, enfrentando la falta de recursos financieros y combustibles, no han escatimado esfuerzos para que no falte la energía eléctrica. Sabemos que el SEN requiere inversiones para lograr una estabilidad mayor”, dijo este martes Marrero Cruz.
Sintiendo el respaldo de la alta dirigencia, el director general de la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), Alfredo López, repitió el mismo discurso vacío con el que el régimen enmascara su incompetencia y puso el énfasis en “un mayor nivel de exigencia en los sistemas de trabajo y una mayor estimulación del personal”.
“Hicimos un programa de recuperación para diciembre y otro para las vacaciones para mejorar la disponibilidad energética. Como ya se ha explicado, en los próximos meses se incorporarán la CTE Guiteras, así como la Carlos Manuel de Céspedes de Cienfuegos. A la vez, se ejecutan otros trabajos en los emplazamientos de Moa y en Energás”, comentó.
El director de Empresa Eléctrica de La Habana, Mario Castillo, apuntó a la necesidad de reducir las pérdidas en los sistemas de distribución, sobre todo, aquellas relacionadas con las ilegalidades.
Y el director general de Cubapetróleo, Néstor Pérez Franco, dijo que harán inversiones en 2023, “entre las que resaltan la explotación de nuevos pozos en la zona norte de occidente para incrementar el gas acompañante, así como de avanzar en las investigaciones de nuevos aditivos para el petróleo que permitan una mayor calidad del crudo nacional”.
Sobre la muerte de dos trabajadores y las heridas de otros dos provocadas por el derrumbe en el interior de la chimenea de la CTE Antonio Guiteras de Matanzas, no se dijo nada en la reunión. O la prensa oficialista creyó necesario dejarlo fuera de esta cobertura triunfalista que promete a los angustiados cubanos la estabilidad del SEN en 2023.
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