En medio de la mayor crisis energética de los tiempos de la “continuidad”, una delegación de 150 comunistas estadounidenses viajó a Cuba para participar en el Primero de Mayo y recorrer el circuito cuidadosamente preparado por el régimen de La Habana.
“Como jóvenes líderes en Estados Unidos queremos afirmar nuestro derecho a aprender, intercambiar y construir con el pueblo cubano, que vive bajo crueles sanciones y se mantiene en la lista de Estados patrocinadores del terror sin ninguna razón creíble”, afirmó el activista Manolo de los Santos, codirector ejecutivo de la organización The People’s Forum.
De los Santos, quien ya ha estado en Cuba en anteriores ocasiones, en las que ha sido recibido por el gobernante Miguel Díaz-Canel y participado en el programa de la televisión oficialista “Mesa Redonda”, reivindicó el “derecho a aprender” de la delegación que visita la Isla -la mayor de su tipo en décadas, según Prensa Latina.
“Bienvenidos muchachos. Cuba los recibe con brazos abiertos, pese a carencias y dificultades. Creemos en el pueblo norteamericano, diverso y solidario, que nos respeta y entiende. Es lo que ustedes representan. Nos vemos el 1 de Mayo”, escribió Díaz-Canel en Twitter.
Este martes, la comitiva asistiría por la mañana a un panel sobre los derechos humanos en Cuba que celebra la Casa de las Américas. La “cargada agenda” incluirá “la Escuela Latinoamericana de Medicina, barrios capitalinos en transformación, instituciones científicas y el Centro Fidel Castro”, señaló la agencia oficialista.
Como si la carga de adoctrinamiento no fuera suficiente con lo anterior, los jóvenes comunistas estadounidenses se desplazarán hasta Santa Clara para ver a otros jóvenes y rendir “homenaje al guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara y sus compañeros de lucha, en el Mausoleo que guarda allí sus restos”.
Tres autobuses con aire acondicionado transitarán los 300 kilómetros que separan La Habana de Santa Clara; es decir, 1,800 kilómetros y sus correspondientes litros de gasolina, para que los jóvenes aprendan y reproduzcan los mitos y leyendas de la llamada “revolución cubana”.
El “cursillo” incluirá la apoteosis obrera del Primero de Mayo, donde los asombrados visitantes podrán desfilar “en el festejo popular por el Día Internacional de los Trabajadores”. Aunque quizás el próximo sea el menos lucido y más impopular de los actos propagandísticos en esta etapa crítica del régimen.
Al día siguiente, en su afán de conocimiento, la delegación asistirá a un encuentro de solidaridad con Cuba, que se celebrará en el Palacio de Convenciones, lugar donde recientemente resultó “reelegido” como presidente el heredero designado por el dictador Raúl Castro.
En caso de que vean colas para comprar gasolina o comida, en caso de que vean los precios de todo en Cuba, las bandejas de comida de los estudiantes, los ruinosos hospitales a los que van los cubanos de a pie, en caso de que pregunten por la inflación o si hay presos políticos, los aprendices del comunismo cubano recibirán siempre la respuesta favorita del régimen, y la instrucción de repetirla: "es culpa del bloqueo".
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