Científicos de Cuba han mostrado su preocupación por la conservación de la cotorra cubana y desarrollan un programa de monitoreo de la especie en Guanahacabibes para salvarlas.
La especie Amazona leucocephala, popularmente conocida como cotorra cubana, está amenazada, según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
El comercio de la cotorra cubana está prohibido. Sin embargo, su tráfico ilegal genera preocupación entre los científicos porque crece cada día y los precios de las aves se han incrementado.
La cotorra cubana es codiciada por sus colores, su carácter amigable con las personas y por su capacidad de imitar la voz humana.
El ingeniero Lázaro Márquez Govea, especialista del Parque Nacional Guanahacabibes, explicó a la prensa oficialista, que son insuficientes las medidas de protección de la especie que tiene el gobierno aprobadas en la actualidad.
Señaló que hay un incremento de los precios de esta ave en el mercado negro y eso incita a los traficantes a involucrarse en un negocio muy lucrativo.
Los científicos cubanos han comenzado a impulsar acciones para la protección de las cotorras. Han creado una estrategia de manejo que incluye campañas de monitoreo de la especie.
En el Parque Nacional Guanahacabibes se han colocado «cámaras trampa» en lugares vulnerables, que permiten observar los comportamientos de las aves, de otros animales protegidos y detectar la presencia intrusos que buscan hacer actos de depredación.
Los recursos para este tipo de trabajo muchas veces son insuficientes, o falta el combustible para llegar a los lugares más recónditos. Los profesionales de medioambiente terminan muchas veces poniendo su propio dinero para poder hacer su trabajo. Faltan fondos y ayudas del gobierno para estos proyectos.
Los estudios realizados en otras regiones cubanas indican que hay un declive de las poblaciones de cotorras. Sin embargo, en Guanahacabibes los monitoreos comenzaron en el 2000 y se nota un incremento en el número de bandos de aves y en la cantidad.
Las campañas de monitoreo se llevan a cabo entre los meses de abril y julio, con la participación de empresas forestales, guardabosques, estudiantes universitarios y miembros de las comunidades locales.
A finales de 2022 se informó que 32 especies de aves se encuentran amenazadas en Cuba. Las de mayor peligro son el gavilán colilargo (en peligro de extinción) y la torcaza cabeciblanca, la bijirita del pinar y la mariposa (consideradas especies vulnerables).
Otras en condición de casi amenazadas son la codorniz, el tordo pecoso y la bijirita de alas doradas. Estas categorías han sido establecidas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
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