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El gobierno cubano gasta 200 millones de pesos en la restauración de un hotel en Trinidad, considerado como un destino turístico que no vende lo necesario a los visitantes que allí llegan.
El hotel Club Amigo Ancón desde 2021 está siendo restaurado por la Empresa Inmobiliaria del Turismo y el Grupo Cubanacán, al que pertenece esta instalación de tres estrellas, en un proceso inversionista que ya se acerca a los 200 millones de pesos (1,618,122 dólares al tipo de cambio oficial), apuntó este lunes al medio oficialista Escambray el director de la instalación, Yandy Gómez Ramírez.
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“La inmobiliaria a partir del 2021 hasta la fecha ha logrado remodelar el lobby completo, el ala derecha del hotel con todo su falso techo, el sistema de iluminación moderno led y ahora está terminando el ala izquierda, primero y segundo nivel, frente a la piscina con la misma tecnología”, informó el directivo de del hotel, ubicado en la península de Ancón, en la costa sur de la provincia de Sancti Spíritus.
La restauración incluyó al lobby-bar y un paseo trinitario para promover la comercialización de productos artesanales locales, además del Ranchón del Cocobar en la zona de playa y tres restaurantes, detalló Gómez Ramírez.
“En este caso el buffet, el italiano y ahora se avanza en el restaurante internacional “Cuba caleta” también por parte de la inmobiliaria, además en nuestra instalación contamos con el mobiliario nuevo de todos los restaurantes, del lobby y de la piscina este último hecho de un material sintético resistente al agua”, explicó, además.
También dijo que se colocaron soleadores y ocho camas balinesas en la piscina, se restablecieron los sombrillas de playa, y con anterioridad fueron reacondicionadas las habitaciones del módulo tropical.
“Este dispone de 71 habitaciones y será el módulo con el que operaremos en principio, ahí se colocaron cortinas nuevas el pasado año, adquiridas por el hotel y estamos trabajando en el mobiliario de los balcones, también tienen los equipos de clima, televisores y minibares nuevos, así como los colchones”, detalló.
Este hotel inició sus prestaciones en la década del ochenta, después de varios años en un demorado y complejo proceso constructivo, y fue el segundo que se inauguró en la Península de Ancón, después del Costa Sur. Ambas instalaciones turísticas promueven el turismo de sol y playa.
Recién el ministro de Turismo, Juan Carlos García Granda, admitió que el destino turístico de Trinidad no vende lo necesario a los visitantes que allí llegan.
García Granda reconoció esto durante el balance anual del sector en esa ciudad del centro de Cuba, donde las autoridades locales mostraron también otras deficiencias.
"Los turistas solo permanecen 2.2 días como promedio, cuando tenemos atracciones para retenerlos hasta cinco”, acotó la delegada de Cubanacán en el municipio, Mayelín Ferrer Espinoza, según un reporte del periódico oficialista Escambray.
El sector estatal en ese destino turístico, uno de los más emblemáticos de Cuba, tiene planeado recibir en el año unos 295,528 viajeros; sin embargo, todo parece indicar que no se cumplirá la cifra porque Trinidad sigue haciendo las cosas mal.
García Granda reconoció que aunque se reparan y abren nuevos hoteles estatales, tiene que existir un "cambio de mentalidad" y en ese sentido incitó a los funcionarios cubanos a gestionar los recursos como lo hace el sector privado, una declaración insólita si se tiene en cuenta que el turismo es una industria que controla mayoritariamente el gobierno.
El gobierno cubano espera recibir en 2023 unos tres millones de visitantes, cifra que se queda por debajo de los datos prepandemia, y que, de acuerdo con el economista Elías Amor, será imposible alcanzar, porque el estado controla absolutamente todo y no se ofrece un producto atractivo.
"En 2023 no se alcanzarán los niveles perdidos antes de 2020 y ello tendrá repercusiones muy negativas sobre el conjunto de la actividad económica de la isla", escribió en su blog Cubaeconomía.
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