En Arroyo Naranjo hay una mansión abandonada que pocos habaneros conocen. Perteneció a José Manuel Cortina García, un destacado abogado, político y diplomático cubano, reconocido en su época por ser un excelente orador.
Cortina fue uno de los primeros oligarcas en ver diezmada su fortuna con el triunfo de la revolución. Entre las grandes riquezas que le confiscaron estuvo su palacete, conocido como Finca La Luisa.
Existe poca información sobre quién diseñó esta mansión y en qué período fue construida. Sin embargo, muchos cubanos coinciden en la importancia de destacar su valor arquitectónico y preservar su recuerdo para generaciones futuras.
Las ruinas de la Finca La Luisa
Finca La Luisa es un palacete de hormigón armado, en las afueras de La Habana. Tiene un diseño inspirado en los palacios fortalezas del renacimiento italiano, especialmente los florentinos. Esta evocación se aprecia en las almenas, torres de vigilancia y garitas, que caracterizan al edificio.
Su entrada se ubica en la Carretera Varona. Actualmente está abandonado y en ruinas, pero todavía conserva un halo de belleza en su diseño total y en sus estancias interiores.
Las reminiscencias de su ostentoso pasado coexisten con estructuras de posterior construcción que se utilizaron para dividir habitaciones y crear oficinas en el Centro de Investigaciones para la Industria Minero-Metalúrgica (CIPIMM).
Esta empresa la fundó Ernesto Guevara (el Che) en 1967. Actualmente está adscrita al Ministerio de Energía y Minas (MINEM) y ocupa otra edificación en la misma carretera.
¿Quién fue José Manuel Cortina García?
José Manuel Cortina (1880 Pinar del Río – 1970, Miami) nació en el “Ingenio Moreno”, en las cercanías de San Diego, en Pinar del Río. Provenía de una familia adinerada.
Siendo muy joven se instaló en Cárdenas donde se dedicó a la importación de maquinaria para la industria azucarera. Luego comenzó a adiestrarse como productor y llegó a ser un destacado técnico de esta rama. Tenía una gran capacidad de trabajo que le permitía administrar varios ingenios simultáneamente.
Se cuenta que Cortina era un hombre de altas habilidades de aprendizaje, con especial inclinación hacia temas de Agricultura, Clásicos latinos y Retórica. Se graduó de la Universidad de La Habana en la especialidad de Derecho Civil y Público.
José Manuel Cortina, un personaje determinante en la política cubana
José Manuel tuvo un importante papel en el ámbito político en Cuba, donde comenzó a destacar siendo estudiante universitario. Fue fundador del Partido Nacional Cubano (1899).
Desde esta etapa dio muestras de sus extraordinarias facultades de oratoria. En este sentido tenía un estilo muy personal, celebrado por figuras insignes de la historia cubana como el General Máximo Gómez. Tal era su prestigio que llegó a ser considerado el “orador de la República”.
Fue electo representante de la Cámara (1916), senador (1924) y posteriormente secretario de la Presidencia durante el gobierno de Alfredo Zayas, quien se desempeñó como cuarto presidente de la República entre 1921-1925.
A José Manuel Cortina se atribuye la autoría de la “Ley de accidente del trabajo” y de la Comisión Nacional de Propaganda y Defensa del Tabaco Habano (1925). Era un defensor de este producto a nivel nacional e internacional.
En el gobierno de Miguel Mariano Gómez (1936) actuó como ministro de Estado, al igual que en el primer mandato del General Fulgencio Batista (1940-1944).
Cortina tuvo un papel destacado en la convención constituyente que redactó la Constitución de 1940. En esta ocasión participó como delegado de la capital cubana. Además de su labor política fue periodista y publicó más de 30 obras de tipo social, económico y político.
¿Por qué molestaba a la revolución un hombre como José M. Cortina?
José Manuel Cortina era un defensor de la democracia y era un hombre extremadamente rico. Al triunfo de la Revolución fue considerado un latifundista.
Poseía más de 150 vegas de tabaco; extensos terrenos para la cría y ceba de caballos, ganado vacuno y cerdos; en sus tierras se producía café, naranja, mango y otras variedades de frutas; era exportador de miel de abeja, un producto desaparecido de los hogares cubanos.
Tenía pinares y siembras de árboles maderables y desarrolló en sus propiedades una política de protección de la fauna, limitando la caza e incorporando nuevas especies que se reproducían libremente. Era un defensor de la diversidad de cultivos agrícolas para el desarrollo.
Además de su Finca La Luisa, tuvo otra muy famosa en Cuba, que también fue intervenida al inicio de la revolución, “Hacienda Cortina”. Era propietario del Parque La Güira, las Cuevas Los portales, grandes haciendas y hasta de cinco escuelas rurales, donde estudiaban más de 400 niños.
¿Por qué fue confiscada la Finca La Luisa?
Al triunfo de la Revolución se confiscaron miles de propiedades en Cuba, muchas bajo el pretexto de ser “bienes malversados” y de que sus dueños se habían enriquecido a costa del tesoro público y negocios ilícitos.
Cortina era dueño de importantes cantidades de tierras en Pinar del Río. Se dice que sus propiedades se extendían desde la Sierra del Rosario hasta la Sierra de los Órganos. Toda su fortuna quedó reducida a 30 caballerías.
Según indica Ecured, José Manuel Cortina “se vio obligado a reconocer” ante un tribunal que sometía a doble explotación a sus obreros y campesinos, con salarios por debajo del valor real de las cosechas de tabaco que comercializaba en el mercado internacional.
Al perder todas sus propiedades emigró a Estados Unidos y murió en Miami, Florida en 1970. Hoy sus grandes tesoros pertenecen al Estado cubano y la mayoría de ellos son improductivos o yacen en las ruinas y en el olvido, como Finca La Luisa.
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