Mientras la administración Biden endurece sus políticas para la inmigración y el control de sus fronteras, la sociedad civil cubana denuncia la llegada a Estados Unidos de represores del régimen con “parole humanitario”.
Así lo denunció el periodista Roberto de Jesús Quiñones Haces en una carta dirigida al medio independiente CubaNet, en la que expuso la llegada a territorio estadounidense de un antiguo miembro del Partido Comunista (PCC) y funcionario de la administración de justicia en Cuba.
“Recientemente arribó a este país, gracias al programa parole, el ciudadano cubano Amalio Alfaro Matos, quien hasta hace pocos meses fue el presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Provincial Popular de Guantánamo y es militante del Partido Comunista de Cuba”, dijo el periodista y preso político cubano en su misiva.
Actualmente exiliado en Estados Unidos, Quiñones Haces se suma al coro de voces que de forma creciente denuncian la “infiltración” de agentes del castrismo en el reciente éxodo de cubanos, el mayor de su historia y causa de una crisis migratoria sin precedentes.
La llegada de represores y funcionarios con responsabilidades dentro del gobierno del régimen cubano ha encendido las alarmas entre los activistas del exilio, que empiezan a detectar un número creciente de estos casos, algo que consideran paradójico, teniendo en cuenta el número de cubanos reprimidos por la policía política que no obtienen asilo político o visas para emigrar a Estados Unidos.
Como juez en la Sala Penal del Tribunal Provincial de Guantánamo, Alfaro Matos fue responsable de aplicar la política represiva del PCC y la Seguridad del Estado contra aquellos que se manifestaron pacíficamente contra la dictadura comunista en julio de 2021, señaló Quiñones Haces.
“Firmó severas sentencias de privación de libertad en contra de esos ciudadanos que solo ejercieron su derecho a la manifestación pública de sus reclamos y derechos”, dijo el periodista independiente, quien fue una de las víctimas de la parcial aplicación de la Ley ejercida por el funcionario de Justicia.
Sancionado a un año de privación de libertad en agosto de 2019 (sustituida luego por trabajo correccional con internamiento) Quiñones Haces apeló su condena por el “supuesto delito de Resistencia y Desobediencia”, pero el Tribunal Provincial Popular de Guantánamo rechazó su apelación.
“La Sala Primera de lo Penal, conformada por los jueces Amalio Alfaro Matos, Yadira Giro Hernández y Julio J. Tamayo Arévalo, decidió no celebrar vista oral” del juicio de apelación, denunció entonces Quiñones Haces.
El periodista independiente y abogado fue arrestado y golpeado por agentes de la Seguridad del Estado en abril de ese año cuando se disponía a cubrir el juicio celebrado contra el matrimonio de pastores Rigal-Expósito, juzgados por pretender educar a sus hijos en casa. En su misiva, Quiñones Haces considera cómplice de la injusticia al juez Alfaro Matos.
Además, sugirió que el represor cubano pudo haber mentido a las autoridades estadounidenses al ingresar al país, algo punible y que puede motivar la devolución de Alfaro Matos a Cuba.
“Este individuo seguramente mintió a las autoridades estadounidenses al no informar sobre su condición de militante del PCC, sino que seguramente tampoco informó sobre su condición de juez represor del pueblo cubano, dependiente y al servicio del PCC y la Seguridad del Estado”, apuntó.
En ese sentido, el ex preso político ofreció su colaboración a las autoridades estadounidenses para proporcionar documentos e información que desvelen la verdadera identidad y responsabilidad del juez en acciones represivas del régimen contra la libertad individual, de expresión y contra la integridad física de los ciudadanos cubanos.
“Estoy dispuesto a colaborar con las autoridades estadounidenses para ofrecerles los documentos que poseo y otras informaciones que prueban contundentemente que este individuo no puede ser admitido en los Estados Unidos de América”, concluyó Quiñones Haces.
Lobos entre ovejas: así definió el medio independiente YucaByte la llegada a Estados Unidos de represores en medio del flujo migratorio que en el último año ha llevado en torno a 300,000 inmigrantes a ese país.
“También hay servidores del totalitarismo. No simples empleados, sino funcionarios de instituciones estatales o participantes en la maquinaria represivo-propagandística del régimen”, dijo este medio en un artículo que compartió el asombro del científico Oscar Casanella al enterarse de la llegada a Miami de Erasmo Pablo Gómez, uno de los responsables de la persecución política que sufrió en la Isla.
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