Jeff Bezos navega por estos días aguas de Mallorca, en España, junto a su pareja, la periodista y actriz Lauren Sánchez, en el supervelero Koru, la goleta de 126 metros de eslora, tres mástiles de 70 metros y 500 millones de dólares que el magnate encargó a los exclusivos astilleros holandeses Oceanco.
El pasado viernes, nada más aterrizar en un avión privado en Palma, en Islas Baleares, España, Bezos y Sánchez se desplazaron hasta su nueva embarcación en un helicóptero que aterrizó en el helipuerto del yate Abeona, de 75 metros de eslora y buque de apoyo del Koru.
Desde allí se trasladaron hasta el supervelero en una lancha auxiliar, donde fueron recibidos por la tripulación, integrada por unas 40 personas.
Ese mismo día, la goleta y su buque de apoyo salieron juntos a navegar y fondearon poco antes del mediodía en la bahía mallorquina.
Jeff Bezos, fundador de Amazon y durante varios años el hombre más rico del planeta, quería un barco capaz de recorrer océanos sin una gota de combustible, generar su propia electricidad y no renunciar a ningún lujo.
El buque era tan grande que la naviera que lo construyó pidió permiso para desmantelar un puente histórico en la ciudad de Rotterdam para permitir su paso, opción desechada tras rechazo popular.
Koru salió de aguas holandesas a principios de abril, llegó a Mallorca una semana después, y ahora su dueño celebra su viaje inaugural.
El significativo nombre escogido para nombrar al imponente velero revela que Bezos no ha dejado nada al azar en su nueva inversión.
El Koru es un amuleto maorí que evoca el crecimiento personal, la evolución, el despertar de la conciencia y el nacimiento de una nueva vida.
El barco cuenta con una piscina gigante, todo tipo de instalaciones a bordo, y la asistencia de una tripulación dispuesta para atender al máximo de 18 invitados que puede hospedar.
Sus tres mástiles pueden desplegar cerca de 10,000 metros cuadrados de vela, capaces de desplazar la embarcación a más de 35 kilómetros por hora y convertir la energía eólica en electricidad para hacer al yate casi autosuficiente.
Navega junto a otro barco de apoyo que tiene no sólo su propio helipuerto, sino además un hangar que transporta el helicóptero personal del magnate.
Ese buque, llamado Abeona, almacena varias embarcaciones de recreo, suministros y material para emergencias; acoge a la tripulación de recreo, tiene espacio para más invitados y es más sofisticado que muchos superyates actuales.
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