Vídeos relacionados:
Niños cubanos de Matanzas caminan diariamente 14 kilómetros para asistir a su escuela primaria: siete para ir y otros siete para regresar a sus casas por la tarde.
Yairán Mesa Viera, cuyos sobrinos estudian en ese centro estudiantil, explicó en su muro de Facebook que hace alrededor de tres meses no pasa la guagua que une Limonar y Cárdenas, excepto para los delegados.
Lo más leído hoy:
"Prioridades son prioridades, primero la reunión y los acuerdos, la educación y la población pueden seguir esperando. Los niños caminan casi siete kilómetros en la mañana y siete en la tarde el día que duran las clases, si hay agua, si hay almuerzo...", denunció.
Mesa Viera compartió una fotografía de la carretera, llena de baches. Precisó que la vía está multipresupuestada, pero que no acaba de hacerse la reparación por los motivos de siempre: el bloqueo, el combustible...
"Quizás a menor ruido menor prioridad, quizás nos visite algún alto dirigente y en una semana ¡todo listo!", ironizó.
"Estudiar, demasiada inversión para tan poca ganancia. Al paso, mis sobrinos aprenderán en el comedor de la casa, no tendrán títulos para guardar y dedicarse a algo que dé dinero, pero al menos llegarán a cada enseñanza dominando la anterior, como pasaba antes", lamentó.
En marzo pasado, cinco escuelas rurales del municipio Pedro Betancourt, en Matanzas, cerraron sus puertas por baja matrícula, ya que los padres no podían llevar a sus hijos por falta de un transporte público.
Mercedes Plá, funcionaria de la Dirección Provincial de Educación, informó al periódico Girón que los centros fueron entregados en calidad de viviendas a trabajadores del sector.
En la nota trascendió el caso de un padre residente en el batey Dos Hermanos de ese municipio, donde la única escuela que había fue cerrada en el curso 2008-2009 por baja matrícula.
El hombre relató que su hija acudía a un centro ubicado en La Isabel, localidad del municipio Jovellanos, donde la familia se alojaba en una vivienda temporal, pero al tener que regresar a su batey de origen, la menor se quedó sin una opción cercana donde recibir clases.
La solución que le dieron las autoridades fue seguir yendo a la escuela de Jovellanos, pero el padre de la niña sostiene que no hay transporte para llevar a la niña.
Como solución, la presidenta del consejo popular de La Isabel, junto con la directora de la escuela, gestionó un medio de transporte (coche) para asegurar la asistencia y regreso de la menor.
Sin embargo, el servicio es pagado por el padre, no ofrecido de forma gratuita por las autoridades.
La crisis que se ha generalizado a todo el país afecta también la educación. La falta de transporte se suma a la escasez de recursos, el deterioro de los inmuebles y el éxodo de maestros lastra la enseñanza de niños y adolescentes.
En una comunidad de Holguín los niños han tenido que tomar sus clases al aire libre porque su escuela, situada en la carretera de Gibara, en el poblado rural de Camarones, está en peligro de derrumbe.
Archivado en: