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El humorista cubano Alexis Valdés sigue en deuda con su personaje de Bandurria, interpretado hace más de 35 años en sus comienzos como actor dramático, y del cual guarda recuerdos que, a día de hoy, todavía constituyen enseñanzas para el curtido profesional.
Bandurria para Valdés fue toda una escuela de actuación, pero también le mostró los secretos de otros profesionales sin los cuales una serie dramática no podría rodarse. Con Los pequeños fugitivos, el actor vio la importancia de la escritura y dirección para el éxito de la serie.
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“La gente me pregunta a veces, qué era del guion original y qué aporté yo al personaje de Bandurria”, dijo Valdés recientemente en sus redes sociales. Entre otros motivos, su personaje trascendió en la pequeña pantalla por aquellos pequeños gags humorísticos e improvisaciones que el actor colaba entre líneas de la historia.
En un momento de efervescencia creativa, Valdés echó mano de su repertorio humorístico, de las enseñanzas de sus padres y dotó a su personaje de una naturalidad y una viveza que conectaron de inmediato con la audiencia.
Ello no hubiera sido posible sin el “director Raúl Pérez, que era un tipo genial”, o sin Pedro Urbezo, “autor de la serie”, reconoció el actor. Gracias al trabajo creativo común con estos profesionales, Valdés pudo dar matices y profundidad a su personaje, muchas veces gracias a la improvisación.
“Esas canciones y frases torpes ingenuas como ‘mi socio Quiroga tremendos tacos y tremenda coba’, o la canción que canta cuando está detenido; también diálogos y situaciones cómicas nuevas, eran cosas que se me ocurrían en el rodaje, o que las escribía en casa y se las proponía al director”, reveló.
A Pérez, todo ello le parecía bien, “recibía todo aquello con mucha alegría y carcajadas (hasta un día en que me dijo: ya ni una más, porque los protagonistas son los niños).
“Me parecía que todo eso que yo traía, le aportaba humor y ternura… De alguna manera el escritor concibe un personaje, pero el actor con su creatividad, su imaginación, y su conexión con el personaje, le va aportando cosas que al propio escritor no se le ocurrió. Y esto es algo que ocurre aún más en la comedia, porque los actores cómicos suelen ser muy creativos y aportar muchos gags y frases cómicas a una historia”, consideró el artista.
Esa visión más madura del proceso creativo le ha servido a Valdés para sus retos actuales como autor y director de sus propias obras humorísticas.
“Me pasa hoy en día cuando escribo una comedia, que una vez llegan los actores, empiezan a surgir nuevos chistes, y es precisamente tu trabajo como autor-director, determinar de todo esa creatividad, qué es bueno para tu historia y qué no. Al final las historias no están terminadas hasta que se estrenan, y entonces el público, que es el destinatario final, cierra el ciclo con su aprobación o desaprobación, sus comentarios y reflexiones”, expresó el actor.
Más de tres décadas después de su estreno y éxito en la Televisión Cubana, Los pequeños fugitivos sigue siendo un depósito de enseñanzas para un actor que mostró todo su potencial en sus orígenes con su personaje de Bandurria.
“Cuando yo era Bandurria corría como una flecha. Tenía la determinación de un loco. Así me mira Manolo Melián (gran actor y amigo) como diciendo ‘este muchacho está encendío’, ‘se ha tomado esto muy en serio’”, dijo Valdés a finales de 2021, recordando al personaje en una reflexión sobre el alcance de la comedia.
Al cumplirse 33 años del personaje, el actor reconoció que Bandurria le "abrió el camino para hacer todo lo demás que he hecho. Gracias a Bandurria llegué a los cabarets, al cine, a España ... y todo lo demás".
"Gracias a todos menos a la Televisión Cubana que cometió el sacrilegio de borrarlo y los mas jóvenes nunca lo pudieron ver, ni los que vendrán. Me quedo con el feliz recuerdo de haber hecho algo que hizo reír a toda Cuba", concluyó.
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