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El artista y prisionero político cubano, Luis Manuel Otero Alcántara, lleva varios días enfermo en la prisión de máxima seguridad de Guanajay, Artemisa, donde cumple una condena de cinco años de privación de libertad por los supuestos delitos de "ultraje a los símbolos de la patria, desacato y desórdenes públicos".
En la llamada semanal que le corresponde realizar desde el reclusorio, el artista contó a la activista Yanelis Núñez, residente en España, que lleva varios días enfermo con mucha migraña y ha presentado fiebre, según trascendió en un mensaje de voz enviado a la redacción de Radio y Televisión Martí.
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"Lo que me preocupa más que nada es que está enfermo hace dos días. Me dice que tiene mucha migraña, que ha tenido fiebre. Ayer recibió una inyección para la migraña porque dice que le dolía mucho la cabeza y Luis Manuel no padece de migraña realmente", contó Núñez.
La también curadora de arte informó que Otero Alcántara refirió que en su destacamento hay al menos otro preso con los mismos síntomas suyos, por lo que podría tratarse de un brote de alguna enfermedad.
"A mí todo esto de las enfermedades en prisión siempre me preocupa porque sabemos de todos estos brotes de enfermedades que hay y de denuncias que se han hecho ya en distintas prisiones del país. Así es que por esto, ante cualquier alerta que él me hace, yo lo denuncio", indicó.
De acuerdo con Núñez, el prisionero político y miembros del Movimiento San Isidro se enfrenta sistemáticamente con obstáculos en el transcurso de su condena.
En muchas ocasiones le bloquean la tarjeta para llamadas telefónicas o los teléfonos de la cárcel tienen problemas y no puede comunicarse y se dificulta realizar la llamada que le corresponde.
De la llamada trascendió que Otero Alcántara se mantiene a la expectativa de la visita a Cuba del Alto Representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell.
"Está pendiente de qué va a salir de esa visita con respecto a los presos políticos en sentido general", aseguró.
La salud del artista se ha deteriorado en prisión, donde no ha sido atendido con urgencia o ha sido ignorado completamente por los agentes.
En marzo, tras haberse desmayado y con una inflamación en la rodilla, no se le asignó un médico para revisar su condición.
Muy delgado y a veces con solo una pastilla para cualquier dolencia, Luis Manuel Otero se ha mantenido firme en su propósito de no claudicar y exigir su libertad desde la propia cárcel y por eso ha protagonizado hasta cinco huelgas de hambre.
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