Luego del batacazo sufrido por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en las elecciones municipales y autonómicas del pasado fin de semana, el presidente Pedro Sánchez decidió convocar elecciones generales para el próximo 23 de julio.
El adelanto de la cita electoral fue anunciado este lunes en la mañana desde el Palacio de La Moncloa, sede de un gobierno de coalición entre socialistas y los comunistas de Podemos, que ahora ven los días contados hasta la fecha de las nuevas elecciones.
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“Acabo de mantener un despacho con su Majestad el Rey en el que le he comunicado al Jefe del Estado la decisión de convocar un Consejo de Ministros esta misma tarde para disolver las Cortes y proceder a la convocatoria de las elecciones generales (…) el 23 de julio”, dijo el presidente español.
La reacción de Sánchez responde a la pérdida de territorios gobernados por el PSOE, como Aragón, Extremadura, Comunidad Valenciana, Islas Baleares y La Rioja, que cayeron en manos del Partido Popular, que ahora tendrá que pactar con la ultraderecha de Vox para conseguir mayorías suficientes para gobernar en algunas comunidades autónomas y ayuntamientos.
“Aunque las votaciones de ayer (domingo) tenían un alcance municipal y autonómico, el sentido del voto traslada un mensaje que va más allá, y por eso, como presidente del gobierno y secretario general del PSOE, asumo en primera persona a los resultados y creo necesario dar una respuesta y someter nuestro mandato democrático a la voluntad popular”, dijo.
Implicado en primera persona en las campañas de líderes locales y autonómicos del PSOE, Sánchez se vio expuesto a convertir la cita electoral en una especie de "plebiscito" contra el "sanchismo", algo de lo que se percató rápidamente el Partido Popular (PP) y de lo que supo sacar rédito en su campaña.
“Todas estas razones aconsejan una clarificación sobre la voluntad de los españoles y de las españolas, una clarificación sobre las políticas que debe aplicar el Gobierno de la Nación, y una clarificación sobre las fuerzas políticas que deben liderar esta fase. Solo hay un método infalible para solventar estas dudas. Ese método es la democracia. Y por consiguiente creo que lo mejor es que los españoles y las españolas tomen la palabra y se pronuncien sin demora para definir el rumbo político del país”, concluyó Sánchez.
Por el momento no queda claro si el presidente se postulará como candidato y buscará la reelección. Su decisión, según El Mundo, busca contener seis meses de desgaste y evitar que la derecha, más movilizada que la izquierda en esta última cita, siga creciendo.
"Hay que clarificar proyectos y liderazgos. Los españoles tienen que decidir si quieren un gobierno del PP con la extremaderecha", dijeron fuentes del gobierno al citado medio. En el entorno de Sánchez considera "valiente" su decisión y dicen que el socialista "va a por todas".
Marcado por la gestión de la pandemia y la crisis abierta a nivel mundial con la invasión rusa de Ucrania, la gestión de Sánchez ha conseguido mantener a flote la economía española a pesar del aumento de la inflación, y tener iniciativas legislativas de calado, como la subida del salario mínimo, a pesar de las tensiones internas del ejecutivo de PSOE y Podemos.
"Hay gobierno de coalición progresista para rato", repitió Sánchez una y otra vez durante esta última campaña. Pero llegó la “fiesta de la democracia” y rectificó las previsiones del ejecutivo de izquierdas, una fuerza disgregada que ahora tendrá que trazar una estrategia de emergencia si aspira a gobernar nuevamente y cerrar la puerta a la derecha de Alberto Núñez Feijóo (PP) y sus socios más ultras de Vox.
La decisión de disolver las Cortes y adelantar los comicios supone, además, que Sánchez renuncie a la presidencia española de turno de la Unión Europea, que comienza el próximo 1 de julio y que pretendía marcar la agenda de la UE con un enfoque más centrado hacia América Latina, en busca de un Acuerdo entre ambas regiones cuyas relaciones históricamente han estado marcadas por la influencia de Cuba.
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