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Cuba registra una inflación anual cercana al 87% al cierre de mayo, según el registro que elabora el prestigioso economista estadounidense Steve H. Hanke, de la Universidad Johns Hopkins.
“El Paraíso Comunista de Cuba nunca FALLA en FALLAR. Hoy, medí la inflación anual de Cuba en un punitivo 86,66%/año”, escribió en Twitter el experto, quien incluyó una tabla del comportamiento de este índice en los últimos años.
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Unos días atrás, Hanke calificó a Cuba como el noveno país más miserable del mundo, como consecuencia de las desastrosas políticas económicas adoptadas por el gobierno comunista de La Habana.
El índice de miseria anual de Hanke durante 2022 colocó a Cuba por debajo de Ucrania, Yemen, Argentina, Sudán, Líbano, Siria, Venezuela y Zimbabue.
El experto mencionó que, desde enero de 2022, el peso cubano ha perdido un 63% de su valor frente al dólar estadounidense, que se comercializa a 195 CUP en el mercado informal, y se coloca esta semana en el cuarto lugar de la “Hanke's Currency Watchlist”.
Estimados oficiales habían reconocido que la inflación se disparó hasta un 45.36% en abril último.
“El aumento interanual general de precios en abril de 45.36% y el crecimiento interanual de 70.67% en el precio de los alimentos presagian un nuevo año ‘maldito’ para el poder adquisitivo de los salarios y pensiones en Cuba”, comentó en Twitter el economista cubano Pedro Monreal, a partir de los datos estadísticos difundidos por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).
En marzo, datos de la ONEI apuntaban que los precios de los alimentos en Cuba habían subido un 72.6 por ciento en el lapso de un año.
Queso blanco, aceite comestible, malanga, harina de maíz y otros cereales, y el arroz fueron los productos que mayor variación mensual registraron. En cambio, el pimiento, el tomate, el frijol, las bebidas alcohólicas y el tabaco experimentaron descensos, según el informe del organismo gubernamental.
Recientemente, el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, reconoció que “estamos a mitad de camino, pero no andamos bien; hay que cerrar filas y apurar el paso”, refiriéndose a que estima falten 12 años más para que “los lineamientos” de su política económica terminen de dar sus frutos.
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