La imagen de una madre cubana agachada recogiendo de un inmenso basurero en La Habana lo que parecen bloques de construcción de juguete o algo similar con ayuda de uno de sus hijos, mientras el menor los observa desde un cochecito, ha inundado de tristeza y de ira al opositor Silverio Portal Contreras, quien filmó el video y lo difundió en su perfil de Facebook.
“Miren esto, miren esto, recogiendo jugueticos para los niños en la basura. Una madre y un niño. Es increíble. Y a la gente no le interesa nada, a la gente no le interesa nada”, dijo Portal en referencia a personas que pasaban junto a la mujer, muy afanada en la tarea de recolección junto a su hijo mayor.
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Portal criticó que nadie se detuviera a conversar con la madre, lo que el activista consideró un indicio de cómo se está normalizando y naturalizando la pobreza en la sociedad cubana, que atraviesa una crisis sin precedentes.
"Es increíble soportar esto, pero es lo que hay que soportar. Hay una cámara allá arriba, que me estará filmando, pero esto hay que filmarlo para que el mundo entero lo vea para que vean la degradación que hay en este sistema. Esto es lo que está sucediendo, han destruido hasta a los niños”, añadió el expreso político.
“Infección y todo pero ¿qué vas a hacer?”, añadió Portal, comprensivo con la actitud de la madre, que no dudó en detenerse a recoger algo para sus hijos, aunque ello implicara la penosa escena.
Solo hacia el final de la grabación se ve cómo un hombre se acercó a conversar con la mujer
El triste relato de la pobreza y la mendicidad en todas sus formas y variantes ha copado las redes sociales de cubanos en los últimos meses, ello parejo a un incremento de la violencia, característico en sociedades que atraviesan una crisis económica.
En ese vasto y dramático escenario, en días recientes una ciudadana compartió en redes sociales un conmovedor encuentro que tuvo en las inmediaciones del Capitolio habanero con un anciano que le pidió pan porque tenía hambre.
Tras contestarle al abuelito que no tenía pan ni alimento alguno encima, pero que podía darle 50 pesos, el anciano comenzó a llorar y le dijo que eso era “mucho dinero”. En ese momento, el señor sacó 20 pesos del bolsillo y le dijo “tengo dinero, pero necesito un pan”.
En ese caso la anécdota, que se suma a otras similares en los últimos meses, confirma la extrema vulnerabilidad de los ancianos en Cuba, muchos de ellos víctimas cada vez más de la escasez de alimentos, ante el drama de pensiones irrisorias y una inflación desbocada.
Es un hecho que cada día es más común encontrar en Cuba a personas que sobreviven pidiendo limosnas, buscando restos de alimentos en la basura e incluso durmiendo en la calle.
La mendicidad se ha incrementado de forma notable en la isla en un contexto marcado por la inflación, la escasez de productos básicos y los bajos salarios.
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