El toletero más encendido de Grandes Ligas es el cubano Jorge Soler, integrante de los Marlins de Miami y responsable del repunte triunfador de su equipo, que va segundo de la División Este del circuito Nacional.
Soler, convertido en bujía ofensiva de los Marlins, compila 17 jonrones en los primeros 54 juegos efectuados por su equipo, empatado con Max Muncy, de los Dodgers de Los Angeles, y solo superado por el estadounidense de orígenes españoles, Pete Alonso, que suma 20 con los Mets de Nueva York.
Soler tuvo una racha de cinco juegos consecutivos bateando estacazos de cuatro esquinas hasta el pasado sábado, en la victoria de los Marlins 6x2 frente a los Angelinos de Los Angeles. Es el segundo jugador nacido en Cuba con 12 o más jonrones y 25 carreras empujadas en la historia de Grandes Ligas en un mes de mayo. José Canseco lo hizo en 1990 (13 HR y 27 RBI).
Pero la producción de largo alcance del slugger cubano tiene un peculiar significado para el pitcher de origen venezolano-peruano Jesús Luzardo, quien ha recibido apoyo de los kilométricos jonrones de Soler en al menos ocho de sus 11 aperturas en la temporada.
Luzardo le prometió una cena para regocijarlo y Soler escogió la cadena In-N-Out Burger.
“Puede comerse tantas hamburguesas como quiera”, dijo Luzardo. “¿Algo más?”
“Solo In-N-Out Burger… Estoy bien con eso”, comentó Soler con una sonrisa.
Luzardo le tributó con 10 hamburguesas, una por cada jonrón que el cubano le ha dado en apoyo a sus aperturas desde el montículo.
La inspiración ofensiva de Soler ha sido clave para mantener a los Marlins de Miami con récord ganador de 28-26, segundos en una poderosa división donde figuran los Bravos de Atlanta, líderes actuales, los reforzados Mets de Nueva York y los Phillies de Filadelfia, subcampeones mundiales de 2022.
Para las aspiraciones de los Marlins es necesario el poder de largo alcance de Soler, quien el pasado año apenas acumuló 13 en 72 partidos, aquejado de lesiones.
Este año, Soler ha traído no solo empuje de largo metraje, sino también alegría con cada bambinazo, que los Marlins celebran en el dogout con despliegue de sombreros, gafas de sol, cadenota gigante al cuello y un verdadero jolgorio.
En su paso por Grandes Ligas desde 2014, Soler ha ganado dos Series Mundiales, con los Cachorros de Chicago, en 2016, y con los Bravos de Atlanta, en 2021, cuando fue seleccionado además Jugador Más Valioso (MVP) de la final.
Su gran momento como jonronero fue en 2019, cuando alcanzó 48 estacazos con la franela de los Reales de Kansas City.
El desempeño en la temporada y Serie Mundial de 2021 le abrió las puertas para firmar el contrato de tres años y $36 millones con los Marlins, que esperan una temporada 2023 de grandes números para Soler.
A los 31 años, Soler califica entre los mayores sluggers de Grandes Ligas, con 151 jonrones, 412 carreras impulsadas, promedio de 242 y un OPS de 793.
La historia personal de Soler es la de numerosos peloteros cubanos que hoy triunfan o aspiran a llegar a Grandes Ligas tras abandonar su país.
En Cuba, jugó como novato del equipo La Habana en la 50 Serie Nacional antes de comenzar sus intentos de fuga. Estuvo en el Mundial Juvenil en 2010, donde bateó 304 y captó poderosamente la atención de los cazatalentos de diferentes equipos.
En enero de 2011 fue capturado en alta mar por la Guardia Costera de Estados Unidos y devuelto a la isla, pero no perdió tiempo para intentarlo de nuevo y logró salir, convertirse en agente libre y firmar un contrato por siete años y $30 millones con los Cachorros de Chicago en 2012.
Hoy su historia comienza a apuntar al sitio de las grandes estrellas.
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