Limay Blanco pide un último impulso para comprar casa a cubana que vendió su pelo para mantener a sus hijos

El humorista, que hace pocos días entregó la casa 22, compartió con sus seguidores cuánto se ha recaudado desde Cuba y EE.UU. para la vivienda 23, y pide una última ayudita

Limay Blanco junto a la madre de tres niños que será la destinataria de la casa 23 © Facebook/Limay Blanco
Limay Blanco junto a la madre de tres niños que será la destinataria de la casa 23 Foto © Facebook/Limay Blanco

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Este artículo es de hace 1 año

Limay Blanco compartió con sus seguidores este viernes cuánto se ha recaudado desde Cuba y Estados Unidos para la vivienda número 23, que irá destinada a la cubana madre de tres hijos que vendió su pelo para darle de comer a los menores, y pidió un último esfuerzo para completar los cinco mil dólares que cuesta la vivienda.

El humorista indicó que desde EE.UU. se han recaudado hasta el momento 1,200 dólares y desde la isla 1,600; lo que suma 2,800 dólares. Restaría por reunir otros 2,190 dólares para completar el dinero.


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En una publicación previa el humorista compartió los montos que ha recibido desde Miami, que oscilan entre 5 y 150 dólares. El artista siempre insiste en que no importa la cantidad que cada uno done, pues cada dólar cuenta.

Hace poco menos de una semana, Limay entregó la casa número 22.

En los últimos días el humorista también hizo entrega de donaciones de ropa, alimentos y juguetes a diferentes familias en situación vulnerable, entre ellas la de Samuel, niño con el cual el humorista quedó impactado tras descubrir que el menor -que tiene otros ocho hermanos- comía raspa de arroz como desayuno.

Limay se ha convertido en los últimos años en un auténtico filántropo que ha sorprendido por su capacidad para resolver problemas a familias cubanas que subsisten en condiciones de extrema vulnerabilidad.

A través de su proyecto humanitario, sostenido gracias a las donaciones de personas generosas, Limay Blanco ha logrado entregar hasta ahora un total de 22 viviendas a familias vulnerables del país, y su aspiración es llegar a cien."

"La mano que da, nunca se va a quedar vacía", es una de sus máximas.

No obstante, su labor también le trae algunos contratiempos. Hace pocas semanas alertó de un estafador que se hacía pasar por él para pedir dinero.

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