Lionel Messi fue retenido el sábado por las autoridades migratorias de China a su llegada al país asiático con la selección argentina.
El astro tuvo inconvenientes con su pasaporte, por lo que tuvo que esperar pacientemente hasta que todo se resolviera, según imágenes captadas en el lugar por varios de sus fans que acudieron ilusionados a esperarlo a la terminal.
"El capitán y campeón del mundo fue demorado en el aeropuerto por problemas con su pasaporte. Luego de una larga espera, Messi y Rodrigo De Paul, que no se separó ni un segundo de su lado, pudieron unirse al resto", dijo en Twitter el usuario Rosario3.com.
El video muestra al jugador en el centro de varios oficiales que conversan, mientras él sostiene su pasaporte en la mano.
Según el cónsul general de China en Santa Cruz, Bolivia, Wang Jialei, Leo viajó a China con su pasaporte español pero sin visado, por lo que tuvo que esperar dos horas en el aeropuerto hasta que Migración le otorgó un visado como caso especial y urgente.
Sin embargo, la versión que dio después el portal argentino asegura que la demora fue de unos 30 minutos.
De acuerdo con esta información, Messi voló con su pasaporte español, pero en China tenían registrado que llegaría con sus documentos argentinos.
"Cuando viajan delegaciones grandes, como en el caso de la selección, el departamento de migraciones de cada país suele tener una planilla donde se adelantan los datos de los pasaportes de cada uno de los integrantes. Es por eso que, al llevar el español y estar anotado con el argentino, tuvieron que corroborar la documentación", precisa el medio.
Finalmente, la situación del pasaporte se resolvió y pudo entrar al país.
En China, la selección argentina disputará el primero de los juegos de la doble fecha FIFA de junio.
El partido será el jueves contra Australia en el Estadio de los Trabajadores de Beijing, recientemente renovado y con capacidad para 68,000 personas. Posteriormente volará a Yakarta para enfrentar al equipo de Indonesia el 19 de este mes.
La llegada del mejor jugador del mundo ha revolucionado el país, donde sus seguidores están desesperados por verlo de cerca.
Las entradas para el encuentro se vendieron entre 580 y 4,800 yuanes (aproximadamente 620 euros) y se agotaron rápidamente.
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