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Muere Silvio Berlusconi: Un gigante político y empresarial que definió una era en Italia

Italia se despide de una figura polarizante que dejó su huella como líder político, empresarial y deportivo.

El expresidente italiano Silvio Berlusconi © Wikimedia Commons / paz.ca
El expresidente italiano Silvio Berlusconi Foto © Wikimedia Commons / paz.ca

El expresidente italiano Silvio Berlusconi falleció este lunes en Milán a causa de las distintas complicaciones cardíacas que arrastraba a sus 86 años de edad.

Tres veces primer ministro de Italia, dueño del grupo Mediaset, un emporio de las comunicaciones, y expresidente del equipo de fútbol AC Milan, Berlusconi fue una figura polémica, pero decisiva en los destinos de la Italia del siglo XXI.

Nacido en Milán el 29 de septiembre de 1936, el empresario había sido ingresado en varias ocasiones en los últimos tiempos. Según El País, el pasado viernes fue la última de sus hospitalizaciones, al no conseguir sobreponerse a la leucemia crónica que padecía.

El personaje que como empresario revolucionó las telecomunicaciones a nivel mundial, y que como ser humano atravesó cientos de escándalos legales y personales, contradijo al morirse la opinión de su médico de cabecera, que difundió el mito sobre su inmortalidad.

Este lunes, en el hospital San Raffaele de Milán, el corazón de Il Cavalieri (como se le conocía) dejaba de latir. Seductor e irascible a partes iguales, Berlusconi deja cinco hijos y una viuda, Marta Fascina, a la que sobrepasaba en 53 años.

Comenzó su carrera como empresario en la construcción, para adentrarse luego en los medios de comunicación, formando parte esencial en la creación del imperio de Mediaset. Con sus canales de televisión privada y su equipo de fútbol, el AC Milan, Berlusconi se convirtió en una figura central en la vida cultural y deportiva de Italia.

En 1994 dio el salto a la política y fundó su propio partido, Forza Italia. Ganó las elecciones generales ese mismo año, iniciando su primer mandato como Primer Ministro de Italia. Durante su trayectoria política, sirvió en el cargo en tres ocasiones, una de ellas ocupando también la cartera de Asuntos Exteriores durante casi un año.

Su tiempo en el poder estuvo marcado por una serie de controversias y escándalos que contribuyeron a la polarización de las opiniones sobre él. Sin embargo, a pesar de los juicios y acusaciones, mantuvo una base significativa y leal de seguidores, quienes valoraron su estilo populista y su capacidad para proyectar estabilidad en tiempos de crisis.

Precursor en este siglo de un estilo de liderazgo carismático, populista y heterodoxo, Berlusconi está considerado por muchos como un precursor de Donald Trump y el fenómeno del "trumpismo", con su predilección por “hechos alternativos” y la dicotomía entre “masas” y “élites políticas”.

Hombre rico hecho a sí mismo, el italiano supo proyectar a sus compatriotas la idea de que su triunfo personal podía trasladarse a la gestión del bien común. Más allá de sus éxitos políticos, Berlusconi fue imputado en varias ocasiones: por prostitución de menores, escuchas ilegales y el dudoso origen de su fortuna, que algunos asociaron a vínculos con la Cosa Nostra.

Ninguna de esas causas pudo acabar con él. Solo fue condenado por fraude fiscal al final de su carrera, lo que le costó la inhabilitación política y marcó el inicio de su decadencia.

Amigo personal de Vladimir Putin y de otros dictadores con los que se codeó alegremente, Berlusconi dinamitó el formalismo de las instituciones de la República, desde el Parlamento donde sus intervenciones eran objeto de encendida polémica, hasta la Constitución y las leyes italianas.

Con un patrimonio que ascendía a miles de millones de euros, el empresario fundó Forza Italia, el partido que lo llevó al poder un año después, en 1995. Los italianos, cansados de la vieja política bipartidista, le dieron u cheque en blanco al tahúr de las telecomunicaciones y se lanzaron a la orgía neoliberal que promovió durante sus gobiernos.

Desde Matteo Salvini al Movimiento 5 Estrellas, y llegando a la actual primera ministra Giorgia Meloni, el escenario político italiano no sería el que fue y es sin la presencia y la impronta dejada por Il Cavalieri. Por extensión, la Italia de hoy no sería la que es, de no haber sido por la ambición personal de un “Duce” como Silvio Berlusconi.

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