El boxeador cubano Yordenis Ugás celebró un año de la operación de su ojo derecho, que quedó con serias lesiones tras su pelea contra el estadounidense Errol Spence.
"Un año hoy de mi cirugía. Un año largo, sanando mi ojo por las heridas de una guerra", dijo en su muro de Facebook.
El púgil aseguró que lo peor de todo este proceso no es el dolor físico, y que las heridas más duras de la vida son las emocionales, las que se llevan por dentro, en alusión a lo que representó perder frente a Spence en abril de 2022.
"Nunca cuestiono cómo pasaron las cosas, porque Dios es el que sabe y yo estoy agradecido, pero siempre me pregunto cómo ese golpe en el round 7 me rompió el hueso orbital y no me tumbó, algo loco", comentó.
Yordenis confirmó que lleva meses entrenando a pesar de que aún tenía presión y visión doble en su ojo.
"Gracias a Dios hoy tuve mi primera sección de sparring. Hoy tomé otra vez golpes en mi ojo. Cuánta alegría. Ahora listo para regresar… y con el favor de Dios, grandes cosas por hacer todavía", recalcó.
Recientemente el púgil cubano compartió un video grabado en su local de entrenamiento, donde retomó su rutina de preparación tras casi un año recuperándose de las lesiones.
En marzo pasado, junto a otra foto en su gimnasio, aseguró que ha tenido que batallar con su salud y "sanando las heridas de la guerra".
"Estar aquí, gracias a Dios, entrenando y trabajando duro otra vez, es todo lo que le había pedido a Dios", expresó entonces.
En diciembre, cuando aún no había regresado al ring, tuvo una cita con la doctora que le operó su ojo derecho, quien le confirmó que seguía mejorando cada vez más.
"Ese ojo mío salió al dueño, un guerrero, un valiente. Al principio de la cirugía me dijeron que iba a necesitar espejuelos, ahora me dicen que no. Atrás han quedado ocho meses de dolor, presión, visión doble, y aún así tengo 20-20 de mi visión. (...) Seguro muchos querían que me quedara tuerto, lo siento, están jodidos", dijo.
En septiembre, Ugás anunció que había empezado a soñar con el regreso al boxeo, pues su ojo derecho mostraba una notable mejoría y los médicos lo autorizaron a entrenar sin restricciones.
"Ha sido un proceso difícil, mirando las cosas dobles, con dolores, pero nunca estuve molesto, ni de mal genio, porque soy un guerrero y esto fue una herida que he llevado con orgullo (a veces tienes que estar dispuesto a morir por lo que amas)", subrayó.
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