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Transcurre el Día de los Padres y la familia Navarro, de Perico, Matanzas, prolonga su calvario de separación e infortunio tras las rejas como una parábola fehaciente de la tragedia cubana.
Padre e hija están encarcelados por motivos políticos tras las protestas del 11 de julio de 2021. Félix Navarro, un veterano de la batalla opositora por la democratización del país, recibió una condena de nueve años de cárcel; su única hija, Sayli, seguidora valiente y firme de los ideales de su progenitor, expira una sentencia de ocho.
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En el hogar de la familia permanece Sonia Álvarez Campillo, la esposa y madre que lleva sobre sí todo el dolor de este desvarío de irracionalidad del sistema político imperante.
He tratado de hallar antecedentes de una situación similar en nuestra historia reciente, con un padre y una hija cumpliendo simultáneamente prisión por motivos políticos. Un caso similar afecta a la familia de Fredi Beirut Matos y su hija, Katia Beirut Rodríguez, también involucrados en el estallido popular del 11-J y condenados a 20 años de cárcel. Seguramente haya más casos de padres e hijos prisioneros en la actualidad por razones de conciencia. De cualquier manera, el encarcelamiento de Félix y Sayli está ya en la historia de la infamia nacional y debe quedar fijado en nuestra memoria para ese futuro posible en que no podremos olvidar, porque sería arriesgarnos a repetir un pasado infausto.
Félix y su hija representan hoy un ejemplo vivo y tenaz de la Cuba que padece, la Cuba profunda que clama y resiste ante los desmanes de un gobierno totalitario y voluntarista que está condenando a la nación al mayor descalabro de su historia. A cualquier costo, porque lo que está en juego es mantener el poder y asegurar que la casta gobernante sobreviva sin carencias primordiales, con prebendas a Rusia, a China o a quien sea el financista de turno para suplir la improductividad de un país agotado.
¿Qué delitos carga esta familia para merecer este quebranto? ¿Qué hicieron Félix y Sayli Navarro para merecer esto?
Félix, que en unos días cumplirá 70 años, es un maestro que ejerció la docencia por 21 años en Perico hasta ser expulsado del sistema de educación por “traición a la revolución” y condenado a tres años de prisión por "propaganda enemiga" en 1993. Tras cumplir 20 meses en prisión se integró a las filas de la oposición activa y fundó el Movimiento por la Democracia Pedro Luis Boitel, en mayo de 1999.
Volvió a la cárcel durante la llamada Primavera Negra de 2003 y recibió una sentencia de 20 años de prisión. En 2010, fue uno de los últimos excarcelados de la Causa de los 75, con mediación de la Iglesia Católica y el gobierno de España, porque Félix no aceptó el destierro y está aferrado a la convicción de no abandonar su patria.
En esos años, Sayli creció con la visión de su padre bajo encierros y acosos, y también se agigantó como periodista independiente, activista y participante de primera línea en el movimiento de las Damas de Blanco en Matanzas.
Uno de sus recuerdos de infancia se remonta a la sede de la Seguridad del Estado en Matanzas, a la edad de seis años, cuando fue a visitar a su padre, que le enseñó a su madre unos golpes en la rodilla a causa de la detención policial.
Su vida dio un vuelco a los 17 años, cuando su padre fue detenido y encausado en 2003. No solo viajó a visitarlo en una cárcel de Guantánamo, sino que se sumó con determinación al activismo de las Damas de Blanco.
Tras su excarcelación, Félix recibió un permiso para viajar a Estados Unidos. Sayli también ha viajado a Miami para participar en un programa académico, pues sus oportunidades de superación dentro de Cuba han quedado anuladas por sus ideas políticas.
Pero ambos forman parte de la heroica legión de opositores políticos que están decididos a dar la batalla dentro de Cuba y no aceptar el destierro como alternativa de libertad.
El episodio que los llevó a la cárcel hace ahora dos años se remonta al 12 de julio de 2021, cuando fueron violentamente detenidos al día siguiente de las masivas protestas que conmovieron Cuba. Félix y Sayli se dirigieron a una estación policial de Perico a preguntar sobre el paradero de los miembros de su organización que fueron arrestados.
Ese día Félix fue detenido y a Sayli le impusieron una medida de reclusión domiciliaria. Los acusaron por delitos de "atentado", "desórdenes públicos" y "desacato". Félix está recluido en la prisión de Agüica, en Matanzas, mientras que su hija expira sentencia en la cárcel de mujeres conocida como Bellotex, también en territorio matancero.
En cautiverio, Félix ha realizado huelgas de hambre que han puesto en peligro su vida, dada su condición de diabético. En dos ocasiones contrajo COVID-19.
Tanto Félix Navarro como Sayli han sido incluidos en la campaña ¿Presos Por Qué? (Jailed For What?), que lanzó el gobierno de Estados Unidos en 2018 para visibilizar casos de prisioneros políticos y violaciones de derechos humanos en Cuba.
Hasta donde he podido tener noticias en este domingo de celebraciones a los padres, Félix no había podido hablar con su hija.
El activista Dagoberto Valdés, gestor del proyecto Convivencia desde Pinar del Río, dice que pudo hablar con Sayli el pasado viernes y le transmitió que ella y su padre están “fuertes de ánimo y bien de salud”.
El ensañamiento del gobierno cubano con esta familia cubana no tiene otra explicación que no sea rendirlos por humillación y condicionarlos a una libertad con salida definitiva del país, algo que los Navarro han rechazado insistentemente.
Tengo especial admiración por Félix y Sayli, con quienes he hablado durante largos años en Cuba y también durante sus visitas a Miami. Respeto entrañablemente su postura, porque justamente el gobierno cubano ha sido hábil con la exportación de los conflictos internos cada vez que se avizora una crisis política.
Como exiliado por 29 años, hoy y cada día con más ahínco, apuesto por los plantados como Félix y Sayli. No hay que dejarles el país, son ellos, los gobernantes infames, los que deben abandonar el poder.
El movimiento de rechazo popular al régimen y resistencia cívica que logró reagruparse dentro de Cuba después del desmantelamiento de la oposición en 2003, fructificó en acciones públicas que tuvieron su punto de mayor ebullición el 11-J. La estrategia del gobierno y su policía política ha sido abortar inconformidades y desarticular propuestas transformadoras por vía del destierro de sus actores más lúcidos y determinados, en su mayoría jóvenes con energías e intelecto para asaltar el futuro y evitar el colapso nacional.
Y esa estrategia, que fue la de 2010 con los miembros de la Causa de los 75, ha vuelto a funcionarle al régimen como alivio a la tensión de un país en vías de implosión, hambruna y desmonoramiento.
Este domingo el Vaticano confirmó que el Papa Francisco recibirá al gobernante Miguel Díaz-Canel y el canciller Bruno Rodríguez Parrilla en audiencia oficial. Será una oportunidad para que la jerarquía católica insista en la liberación de todos los presos que padecen cautiverio por ejercer sus derechos fundamentales de expresión y manifestación, y que la familia cubana pueda finalmente dejar de padecer rupturas y desvaríos irremediables.
Félix y Sayli merecen estar libres sin destierro. Cuba necesita su permanencia y su fe.
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