Ernesto Aroche, entrenador cubano en la selección española de boxeo: "¡A veces ni 40 centavos para la guagua tenía!"

"No seguir con la selección nacional de Cuba fue muy difícil ya que prácticamente me crié en la “Cardín”. Allí estuve desde los 16 años como atleta hasta los 42 como preparador. Toda una vida dedicada al boxeo cubano."

Ernesto Aroche, entrenador cubano de boxeo en España © Cortesía del entrevistado
Ernesto Aroche, entrenador cubano de boxeo en España Foto © Cortesía del entrevistado

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Este artículo es de hace 1 año

En mis muy habituales diálogos con el doctor en ciencias deportivas Misael González tuve la oportunidad de recordar a un fogoso púgil cubano que se ha convertido en un gran entrenador: Ernesto Aroche. Aún lo recuerdo, muy jovencito cual volcán en el ring, sabedora de que hoy vuelca todo ese ímpetu en sus discípulos.

Sé que estás en España y has sido promovido recientemente al seleccionado nacional ibérico.


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Efectivamente, estoy trabajando con la selección española de boxeo, tanto varonil como femenina. Llegué a España por un contrato de trabajo con la Federación de Boxeo en noviembre de 2020.

Estoy trabajando con la selección española de boxeo, tanto varonil como femenina

Su presidente Felipe Martínez y el seleccionador nacional Rafael Lozano me contactaron por recomendaciones de entrenadores cubanos que estaban trabajando en otros países de Europa. Compartir con este equipo ha sido muy gratificante para mí, estoy muy a gusto y he podido demostrar eficiencia con mis resultados.

Ernesto Aroche / Cortesía del entrevistado

¿Cómo llegas al seleccionado nacional español?

Yo provengo de la selección juvenil de los Alcázares de Murcia, donde comencé cuando llegué a España. Allí estuve un año y se logró un avance.

Ahora, en el equipo grande nacional, me hallo junto al director técnico y seleccionador nacional, el señor Lozano y ambos hemos ido alcanzando triunfos nunca antes logrados.

Por ejemplo, en el anterior campeonato de Europa se materializaron cinco medallas: una de oro, tres de plata y una de bronce. Por naciones, España se ubicó tercera.

También se logró que, por primera vez, una española subiera a un podio mundial con el bronce de Laura Fuertes en el Campeonato del Orbe de Turquía. Recientemente en el Mundial de Uzbekistán se lograron 18 victorias: 6 atletas llegaron a discutir medallas y 3 de ellos quedaron terceros; sin dudas, un éxito para el país ibérico.

Aquí contamos con una excelencia en las condiciones de trabajo, los atletas de la selección están concentrado en el centro de alto rendimiento de Madrid, donde cuentan con una buena alimentación, la necesaria para el deportista; las instalaciones son de primer nivel y además, la atención médica con todo lo que ella implica, está garantizada.

Ernesto Aroche / Cortesía del entrevistado

Ernesto ¿sabes cuántos entrenadores cubanos trabajan en las distintas categorías del boxeo ibérico?

Julita, en el alto rendimiento hay cuatro. En los demás niveles no sé la cifra.

Antes de llegar a España ¿dónde trabajaste?

Trabajé con la selección nacional juvenil de Cuba por más de 20 años. En ese tiempo, por Cubadeportes, estuve en Japón en 2002; después, con el equipo nacional de Indonesia en 2013. Antes de llegar a España, en 2015 me fui definitivamente por contrato independiente para Costa Rica, donde estuve seis años con la selección nacional de ese país centroamericano.

Tú eras un boxeador de los que no daban ni pedían tregua en el cuadrilátero; sin embargo, nunca llegaste a la estelaridad.

¡Ay Julita! ¿Para qué decirte? Mis inicios en el boxeo se remontan a mi pinareño municipio de San Luis y mis diez añitos de edad; mi primer entrenador ya fallecido fue Rolando Benítez hasta llegar al CEAR “Cardín”.

Pero, tras acumular algunos éxitos en eventos internacionales sufrí una irreversible lesión que me sacó del ring con solo 19 años. El cielo se me vino encima pero recibí la ayuda inmensa de un gran hombre, Pedro Roque (Peter), director técnico de la selección nacional juvenil, que me propone que me quede con él colaborando como ayudante, ya que en esa etapa yo había comenzado a estudiar la licenciatura en cultura física en el instituto “Manuel Fajardo”. Ahí comenzó mi carrera como entrenador.

Era un gran colectivo de trabajo, dirigido por Peter, quien para mí fue maestro y salvador. Mis profesores se convirtieron en mis compañeros de trabajo y también aprendí mucho de ellos: Alejandro Pupi de la Torre, Diógenes Sagarra, Waldo Santiago, todos fallecidos.

Jesús Yú, el chino, Mariano González, Humberto Orta, Manuel Elizondo, Luis Pascual Méndez, Eulises Poulot: un gran colectivo que en aquella primera etapa mía como entrenador principiante fueron también mis compañeros de trabajo y amigos.

Cuando a Peter lo suben a la escuadra nacional adulta, otro amigo y gran formador, Humberto Orta, asumió las riendas juveniles y fueron sumándose otros grandes técnicos encabezados por el campeón olímpico y gran entrenador Maikro Romero y Esteban Cuéllar, quien por cierto, trabaja conmigo en la actualidad.

¿Cuántos años estuviste en el CEAR. Mencióname algunas de las estrellas que ayudaste a brillar.

¡Uff! Yo estuve desde 1994 a 2015. Sabes que nuestros púgiles juniors siempre han sobresalido en los torneos internacionales de mayor renombre. En mis tiempos, eso se mantuvo. Y de esas estrellas que me solicitas te digo que son tantas que es imposible mencionarlas a todas.

Por arribita: Guillermo Rigondeaux, Odlanier Solís, Yudel Jhonson, Yan Barthelemí, Yordenis Ugás, Roniel Iglesias, Lázaro Álvarez, Lenier Peró, Erislandi Savón, Robeisy Ramírez, Arlen López, Kevin Brown…¡muchos, campeones olímpicos; otros, triunfando o dando sus primeros pasos en el boxeo profesional de Estados Unidos!

Recuerdo que ustedes estuvieron muchos años al lado de Pedro Roque en la dirección técnica del seleccionado juvenil y después bajo la égida de Humberto Orta y cuando Alberto Puig de la Barca y Rolando Acebal toman las riendas del boxeo cubano como comisionado y entrenador principal, respectivamente, ustedes deciden abandonar sus puestos ¿por qué?

No seguir con la selección nacional de Cuba fue muy difícil ya que prácticamente me crié en la “Cardín”. Allí estuve desde los 16 años como atleta hasta los 42 como preparador. Toda una vida dedicada al boxeo cubano.

El ser humano siempre tiene la esperanza de que las cosas mejoren; así nos vamos conformando y nos van engañando a que sí, a que las cosas van a mejorar. Pero pasan los años, la familia crece, nacen los hijos y las situaciones económicas se complican mientras estás obligado a mantener los resultados deportivos, aunque no sean compatibles con el salario que devengas.

Licenciado, máster, entrenador AIBA TRES ESTRELLAS; el boxeo cubano en la cúspide, la nave insignia… y yo seguía ganando alrededor de 30 CUC ¡a veces ni 40 centavos para la guagua tenía! Lo digo con sinceridad.

Los entrenadores de la selección nacional recibían un estímulo en CUC por los resultados de sus atletas, lo que estaba muy bien pero ¿qué pasaba con nosotros que formábamos esos campeones en las edades juveniles y no recibíamos nada?

Entonces, un día tomamos la decisión de hacerle una carta a la Dirección Nacional del INDER y explicarle nuestra situación… ¡y ahí mismo se armó lo desagradable!

Fuimos convocados al INDER y un dirigente, para nada el presidente, nos trató de humillar. Nos dio a entender que nosotros no teníamos derecho a reclamar nada, que las cosas eran así y así se quedarían.

Te puedes imaginar: salimos de allí muy confundidos y abochornados. A partir de ese momento ya las cosas no fueron igual; las esperanzas se habían perdido y supimos que para mejorar teníamos que hacerlo por nuestra cuenta. Así fue que todos… ¡todos! nos fuimos y es que esas decepciones en la vida son las que te hacen pensar y tomar decisiones que quizás nunca habías tenido en cuenta.

Lamentablemente ya el boxeo cubano no es lo que era, ejemplo más reciente el Mundial último. El staff de entrenadores que se nutrió de la sabia del profe Alcides, fue relegado y ya no es lo mismo. ¿Tu opinión al respecto?

Así es, el boxeo cubano está pasando por un mal momento y eso ha sido demostrado. En Cuba siempre ha existido una cantera de boxeadores muy grande, producto del trabajo que se realizaba desde la base hasta el alto rendimiento.

Los entrenadores de los municipios y las provincias además de los comisionados y metodólogos, siempre preocupados, constituían una estructura férrea. Ahora no es igual: poca motivación y escasos recursos caracterizan a la base y no solo del boxeo.

Los entrenadores piensan en cómo salir del país para mejorar su situación económica y los atletas, también ¿qué decirte?

Entonces el futuro se ve gris si no se adoptan las medidas pertinentes ¿no?

El futuro puede mejorar mucho si cambian las mentalidades y las gestiones, porque los atletas están. Hay muchos dentro y fuera de Cuba y ya se puede competir de forma profesional y olímpica. No son excluyentes y, de hecho, muchos países lo están haciendo y están mejorando los resultados.

Somos cubanos todos y si se hizo con la pelota por qué no se puede hacer con el boxeo. Creo que el objetivo fundamental es mantener como país la hegemonía mundial del boxeo cubano. El boxeo es el mismo y cubanos somos todos, donde quiera que estemos. Siempre hemos sido una familia.

Es la educación que recibí: desde la base hasta el alto rendimiento, todos dependemos de todos y es un proceso por donde van pasando los atletas y para lograr el éxito no sólo depende del entrenamiento sino también de las relaciones personales y de amistad entre todo el colectivo.

Recuerdo en los eventos nacionales, el respeto y la amistad con que se trataban los entrenadores y los atletas; la rivalidad era sobre el ring.

Por eso puedo decir que la interacción con grandes entrenadores se ha basado en el respeto y la amistad. Por ejemplo, en el recién celebrado Campeonato Mundial de Uzbekistán había más de 20 técnicos cubanos entre entrenadores, médicos y fisioterapeutas trabajando para el boxeo en todos los continentes y éramos una familia.

Hablando de familia ¿cómo es la tuya?

Mi familia es lo primero aunque mi trabajo y la situación migratoria nos separen. Afortunadamente, ahora vivo en Madrid con mi esposa Daymara y mis dos hijos, Daynesto y Daynelis. Pero mi familia es grande y algunos están en Estados Unidos, Rusia y Cuba.

Gracias al internet estamos en contacto pero no es lo mismo aunque sí puedo asegurarte que estoy muy bien en España y sufro mucho por mi Cuba bella, por mi Pinar del Río y por mi Habana ¡eso es inolvidable!

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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