Los dos pilotos que huyeron de Cuba en un ala delta motorizado rumbo a los Cayos de Florida irán a un juicio final el próximo 5 de julio para determinar si se les otorga asilo político en Estados Unidos.
Los aeronautas cubanos David López Alfonso, de 39 años, e Ismael Hernández Chirino, de 28, deberán presentarse en una audiencia decisiva ante un juez de inmigración en Miami, informó el abogado Willy Allen, quien tiene a su cargo la representación legal de ambos.
El juicio fue fijado para el miércoles 5 de julio, a las 8 a.m. en un una sala del Centro de Detención de Krome, en el suroeste de Miami, adonde fueron trasladados semanas atrás. Los dos casos de asilo fueron unificados y ambos enfrentarán el mismo proceso judicial.
“Va a ser un juicio sumamente difícil, pero espero que al final podamos tener buenas noticias para ellos y para sus familiares, que siguen con preocupación el proceso desde Cuba”, dijo Allen a CiberCuba.
La decisión se produjo en una audiencia judicial la pasada semana, luego de que López y Hernández pasaran satisfactoriamente sus entrevistas de “miedo creíble” ante funcionarios de la Oficina de Asilo del Departamento de Inmigración y Ciudadanía (USCIS). El interrogatorio se extendió por más de tres días y ocupó casi 10 horas con ambos pilotos.
Con posterioridad, ambos fueron trasladados a Krome desde el Centro de Transición de Pompano Beach, en el condado Broward, donde permanecían detenidos desde su arribo al aeropuerto internacional de Cayo Hueso, el pasado 25 de marzo.
El abogado Allen visitó a sus clientes el pasado domingo y dijo que los encontró animados y confiados en una salida positiva para sus reclamos de asilo.
“Estoy confiado en que tenemos un caso fuerte y sus testimonios fueron consistentes, pero tendremos una batalla dura”, dijo Allen, considerando el escaso porcentaje de asilo que conceden los tribunales de inmigración.
El abogado explicó que a los pilotos se les negó el derecho a fianza por la forma en que entraron al país.
Ambos pilotos hicieron historia cuando aterrizaron la mañana del sábado a las 10:30 am en Cayo Hueso. El vuelo tomó poco más de dos horas desde la base de Tarará, donde el ala delta motorizado del tipo “Trike” prestaba servicios turísticos en la modalidad de Deportes Aéreos.
La travesía se inscribe en la ya abultada lista de fugas insólitas desde Cuba, que incluyen los llamados “carronautas”, una joven que arribó dentro de una caja de DHL en un vuelo desde Bahamas, el polizón Yunier García Duarte, transportado en la bodega de un avión hasta Miami, un surfista que atravesó el Estrecho de Florida en una tabla de kitesurf y un joven que arribó en un kayak inflable a Cayo Hueso en un viaje de 61 horas.
El gobierno cubano culpa a Estados Unidos por estimular las salidas irregulares y en recientes conversaciones migratorias fustigó el asilo político concedido al piloto Rubén Martínez Machado, quien escapó rumbo a Florida en una avioneta de fumigación desde Sancti Spíritus, el pasado octubre.
El tema de los pilotos de parapente se asomó tácitamente en los reclamos de la delegación cubana en las charlas migratorias bilaterales en Washington DC, el pasado abril.
Tras la fuga de los pilotos, el Club de Aviación de Cuba, que preside el exespía René González, los calificó de “traidores” y "vulgares delincuentes", y reclamó la devolución inmediata del equipo ultraligero usado para escapar.
Justamente Allen considera que la declaración del Club de Aviación, una entidad supervisada por un espía de la Red Avispa, es un tanto a favor del asilo para sus clientes.
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