Un cubano abrió la puerta de un refrigerador en la casa de una familia típica de la Isla y mostró en redes sociales el contenido del mismo.
Un paquete de salchichas Oderich (producto elaborado en Brasil), tres huevos, cinco tomaticos, una latica de conservas, un cuenco con sobras de arroz blanco y otro con un poco de manteca de puerco: eso fue todo el alimento que encontró dentro del refrigerador.
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En un video compartido por Tik Tok, el cubano mostró el contenido y la apariencia de un refrigerador de una familia promedio de Cuba, dejando ver la pobreza y la escasez de comida que caracteriza la vida del ciudadano común, al que apenas le alcanza el salario para garantizar algo de comida en la mesa.
Entre las provisiones encontradas en el refrigerador, el cubano enseñó un envoltorio con un contenido indescifrable en el congelador. El autor del video supuso que se trataba de pellejos y grasa de pollo, conservados para elaborar algún plato.
Además de eso, el refrigerador contenía cuatro pomos de agua, uno de ellos congelado, una hojita de sábila congelada (para probable uso medicinal), un trocito de calabaza, una bolsa con un poquito de sal en el cajón de los vegetales, junto con algunos frascos de medicamentos (Nistatina y otros).
El tiktoker no aclaró cuántas personas vivían en la casa ni su ubicación, pero la imagen que mostró se corresponde con la realidad de la mayoría de los cubanos, cuyas casas están, como dice el tema “Cambio” de El Micha: “con las neveras en blanco, solo agua como un coco”.
El hambre empieza a cobrar dimensiones preocupantes en Cuba, con familias enteras que no consiguen alimentarse correctamente y que en ocasiones se van a la cama sin haber ingerido nada nutritivo a lo largo del día.
A comienzos de junio, el humorista y filántropo cubano, Limay Blanco, se quedó impactado y conmovido al ver a un niño que comía raspa de arroz en su desayuno.
Días antes, un cubano confesaba en redes sociales que tenía un hambre atroz y no tenía comida en su casa. "El dinero que tenía lo gasté comprando, boniato, porquerías que no alimentan, que lo gasto en un momento. Y tengo un hambre terrible", aseguró.
"Ya no sé qué hacer, no tengo de dónde inventar, no puedo salir a robar porque no puedo, no está en mí. (...) Hoy ya he gastado más de 6,000 pesos, y miren a cómo estamos en el mes. Y es en comida, todo se me ha ido en comida", subrayó.
Su testimonio se suma al de muchos cubanos que en los últimos años denuncian en Internet que pasan hambre y no tienen forma de acceder a una alimentación digna.
A finales de mayo, un hombre en el poblado matancero de Sabanilla realizó una protesta en solitario contra la falta de alimentos y aseguró que ese día no había probado nada, y que incluso prefería ir a la cárcel para comer algo allí.
"No hemos cometido delito alguno. ¿Por qué estamos pasando el hambre que estamos pasando? Yo pesaba 217 libras, ahora peso 139. ¿Por qué?", cuestionó.
Días antes, otro cubano protestó pacíficamente en la calle con un cartel y gritando la frase: "¡Mi hijo tiene hambre!". Recorrió varias calles gritando: "Mi hijo tiene hambre. ¿Hasta cuándo? ¡Ya no puedo más!".
Mientras se agudiza esta crítica realidad, el ministro de la Agricultura cubano, Ydael Pérez Brito, aseguró a finales de abril que “da trabajo alimentar al pueblo y alimentar como está acostumbrada nuestra revolución, a todo el mundo, con esa obra social que tenemos”.
El gobierno de Miguel Díaz-Canel insiste en justificar la falta de alimentos en Cuba con el “bloqueo” estadounidense, ocultando u obviando que este país es uno de los principales proveedores de pollo y otros productos de su industria alimentaria.
El miércoles pasado, en horario estelar de la Televisión Cubana, el ministro de la Industria Alimentaria, Manuel Sobrino, aseguró que el gobierno de Estados Unidos mantiene una "persecución obstinada" a todas las actividades comerciales que realiza Cuba, justificando así los elevados precios y la escasez de alimentos que padecen los cubanos.
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