Un nuevo caso de discriminación fue denunciado por una familia que este domingo decidió ir a pasarse el día a las playas del este de La Habana, y al intentar alquilar una sombrilla, les dijeron que eran solo para extranjeros.
La agencia independiente CubaNet relata lo que le sucedió a unos padres con sus hijos cuando quisieron rentar utensilios para protegerse del sol en la playa Mar Azul, situada en Santa María del Mar, frente al hotel MarAzul, de la empresa Cubanacán.
"Cuando llegué con mi esposo y los dos niños, nos acercamos a quienes rentan las sombrillas y le preguntamos el precio. No nos respondieron. Mi esposo insistió y les explicó que teníamos dinero y queríamos pagar por el servicio. Los trabajadores, que además estaban bebiendo alcohol, continuaron ignorándonos", relató la mujer, de 35 años.
"Solo nos atendieron cuando mi pareja les dijo: ¿Si fuéramos extranjeros ya estarían corriendo a ponernos las sillas, verdad? A lo que ellos respondieron de inmediato: por supuesto", precisó.
"Minutos después de decirnos que no, los vimos correr para ponerle el servicio a una pareja de extranjeros, mientras mis hijos están bajo una mata. En este país ni con dinero te tratan como a una persona", recalcó indignada.
Esta familia estuvo en Mar Azul el martes pasado y sin ningún problema alquiló dos sillas y una sombrilla por 2,000 pesos.
Según reveló otra usuaria, entre semana sí hay servicio de renta para los cubanos, pero sábados y domingos, como hay más demanda, solo a los turistas.
"Tenían los espacios vacíos pero no te lo rentaban a menos que fueras extranjero o cubano residente en el exterior y pudieras pagar con divisa", precisó.
Cuando ella y su pareja regresaron a su casa por la tarde, los asientos seguían libres. "Había muy poco extranjero", aseguró.
Esta misma semana, una pareja cubana que tenía la intención de pasar su luna de miel en un hotel de Cayo Coco, vio frustrado su sueño cuando le dijeron que solo se puede reservar desde el extranjero.
La joven acudió a los burós de reservaciones ubicados en la céntrica calle de 23 e/ L y M del Vedado, en los bajos del Hotel Habana Libre, y allí le informaron que no había reservas para cubanos residentes, y que solo están disponibles en el exterior.
"Las políticas discriminatorias son injustas e inmensamente nocivas. Invito al que lo desee que verifique lo que digo", dijo en Facebook Johanna Jolá Álvarez, suegra de la joven que se va a casar.
Hace unas dos semanas, la administración del Hotel Angsana Cayo Santa María se disculpó por una carta que circuló en redes sociales con el membrete de la instalación, que informaba a sus trabajadores que los cubanos no podrían hospedarse en el centro, luego de desmentir esa misma información en días anteriores.
En una nueva comunicación firmada por la directora de Ventas y Marketing del hotel, "aclararon" el hecho y afirmaron que fue un error de redacción, cuando recientemente habían desmentido todo en una nota oficial del grupo hotelero Gaviota.
"La información no fue debidamente redactada y se prestó a interpretaciones erróneas sobre dicha medida", rezaba la nueva carta.
La institución se disculpó por la "confusión" y señaló que los turistas nacionales podían reservar en su hotel "siempre y cuando los bookings se lleven a cabo a través de los socios comerciales y no a través de sitios de compra ilegales".
Según el documento filtrado días antes, los empleados del hotel debían "comprobar cuidadosamente la nacionalidad" de sus clientes y si había algún cubano en la reserva, habría que "negar su entrada al hotel y cancelar su reserva de manera inmediata, sin costo adicional. Esta medida no es negociable".
En abril pasado, una funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores aseguró a norteamericanos de visita en la Isla que en Cuba, a diferencia de Estados Unidos, los hoteles son del pueblo.
Johana Tablada, subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos del organismo, dijo a más de 150 líderes de movimientos y organizaciones sociales de ese país que el dinero que gastan los extranjeros en el país se destina a los servicios públicos.
"Es totalmente opuesto a lo que dice Estados Unidos, que el dinero va a parar al ejército y toda esa mierda que ellos hablan todo el tiempo. En el caso de Cuba, el dueño de los hoteles es el pueblo cubano, el dinero que ustedes gastan en el hotel va a los servicios públicos, a la salud, a la educación", afirmó.
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