El centro de análisis Cuba Siglo XXI emitió una declaración en la que calificó de “alarmista y deshonesta” la protesta de la cancillería cubana por la presencia del submarino nuclear USS Pasadena en la Base Naval de Guantánamo.
“La terminología empleada por el MINREX ha sido excepcionalmente alarmista al hablar de la presencia de un submarino ‘nuclear’. La cancillería intenta sugerir con su falta de precisión que estaba cargado de misiles con ojivas nucleares cuando en realidad no era el caso”, indicó Juan Antonio Blanco, presidente de Cuba Siglo XXI.
Para el destacado analista, el relato de la cancillería del régimen cubano está marcado por la “deshonestidad intelectual [y la] manipulación mediática”, ya que el submarino estadounidense no es portador de ojivas nucleares, sino que está “propulsado por energía nuclear, lo cual es hoy la norma de todos los submarinos occidentales en el mundo”.
“La airada protesta del MINREX se emitió tres días después que el submarino se había marchado. Según la cancillería estuvo allí entre el 5 y el 8 de julio, lo cual no refleja que esa visita haya causado inicialmente alarma”, señaló Blanco.
Según el investigador, la demora en “denunciar” la presencia del USS Pasadena es parte de una estrategia del régimen para desviar la atención mediática internacional “de la llegada este 11 de julio de un barco de la Flota del Báltico que define como vista amistosa y cargada de ayuda humanitaria, en contraposición al ‘tenebroso submarino nuclear yanqui’ en la base naval de Guantánamo”.
Se trataría de una “medida activa”, apuntó Blanco utilizando la terminología propia de la Inteligencia del régimen, y que remite a las acciones de desinformación y propaganda, entre otras que incluye esta metodología creada por la Seguridad del Estado soviético en tiempos de Iósif Stalin.
“Lo que sí es preocupante es que el régimen de Raúl Castro decidió de forma inconsulta sumar a nuestro país a una guerra en Europa -como parte beligerante en los frentes diplomáticos, de propaganda y ahora militar- de la coalición liderada por Rusia en una agresión imperialista, criminal y genocida contra Ucrania, condenada por Naciones Unidas”, resaltó Cuba Siglo XXI.
En ese contexto crítico, que ha encendido las alarmas en Washington, el régimen cubano intenta dirigir la atención hacia un “hecho corriente”, como es el atraco del USS Pasadena en la Base Naval de Guantánamo, algo que “desde el punto de vista legal, forma parte del movimiento rutinario de navíos en una base que desde 1901 está legalmente arrendada a Cuba”, a pesar de que el contrato ha sido repudiado por la parte cubana sin haber llegado a un acuerdo con Estados Unidos para rescindirlo.
Con semejante “protesta”, La Habana pretende crear una “matriz de opinión” que desvíe la atención de otros temas realmente preocupantes para la soberanía de Cuba, como la presencia de “militares de las FAR en Bielorrusia”, o la visita del ministro Álvaro López Miera y una delegación del MINFAR a Rusia, donde -según Blanco- se abordaron con sus contrapartes los detalles de “la participación de Cuba en esa guerra en territorio europeo”.
Ello, sumado a las revelaciones sobre bases de espionaje y colaboración militar en territorio cubano, y operadas de conjunto con Rusia y China, son las verdaderas y preocupantes noticias que el régimen cubano pretende ocultar con su “protesta”.
“La estrategia de prestar el territorio nacional a visitas navales ‘amistosas y humanitarias’ de ‘confraternización’ con fuerzas navales de Rusia en momentos en que el Kremlin desarrolla una guerra de agresión imperialista contra Ucrania”, es lo que Cuba Siglo XXI resaltó como realmente preocupante para la soberanía nacional.
Dedicado a evaluar a fondo la naturaleza del régimen cubano, el centro de análisis que dirige el profesor Blanco, recordó que el verdadero peligro “está en la Plaza de la Revolución”.
“Es bueno recordarlo este 11 de julio, segundo aniversario de las protestas nacionales de 2021. ¿Se escogió esta fecha para la llegada del buque ruso por pura coincidencia?”, preguntó el académico, desvelando otra de las realidades que el régimen cubano puso empeño en silenciar la víspera: el aniversario de unas protestas históricas por las que más de 700 cubanos sufren largas condenas en prisión.
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