José Luis Domínguez, presunto responsable del asesinato con un arma de fuego casera de su expareja, Rosmery Ponce, está prófugo de la justicia desde que cometió el crimen.
Yesmely Peña, tía de la joven de 23 años fallecida, no se explica cómo la policía no ha podido encontrar y arrestar al agresor, tratándose de un país pequeño y sin fronteras terrestres, según indicó en declaraciones a Cubanet.
"El asesino todavía anda suelto. Vamos a pedir todas las mujeres justicia. Las mujeres no estamos obligadas a estar con ningún hombre. Por favor, les pido a todas las mujeres que no se dejen amenazar por ningún hombre. Justicia", pidió la tía de la fallecida en Facebook.
Otra tía de Rosmery Ponce, identificada como Mercedes Mederos, aseguró al citado medio que la familia ha recibido presión de las autoridades para que no denuncien en redes sociales o ante la prensa independiente el feminicidio, bajo la observación de que eso solo complicará el caso.
En la noche del 10 de julio José Luis Domínguez, de 49 años, saltó el muro de una casa donde estaba Rosmery junto a unos amigos en el citado poblado de la provincia Mayabeque, le disparó y acto seguido se dio a la fuga.
Según el testimonio familiar, la joven fallecida padeció a lo largo de dos años todo tipo de violencia a manos de quien era su pareja, hasta que al fin se separaron.
“Él no la dejaba arreglarse, la encerraba. A veces ni dejaba que su mamá, mi hermana, pasara a verla. Mi sobrina vivió un infierno con ese hombre por más de dos años. Si ella no lo dejó antes fue por miedo. Ella le tenía pánico porque sabía que tenía un arma”, cuenta Mederos.
La tía de la víctima dice que el ahora prófugo era “negociante", que tenía dinero y que manejaba "negocios con varios policías".
La familia de la joven fallecida sostiene que Rosmery Ponce había denunciado a su agresor, la última vez unas semanas antes del crimen, cuando el victimario se llevó sin permiso al hijo de ambos -de dos años y medio- y en estado de embriaguez manejó un auto con el menor a bordo.
Plataformas feministas elevaron esta semana a 52 la cifra de feminicidios confirmados en lo que va de año tras informar de dos casos, uno de ellos la muerte de Rosmery y el otro el asesinato de Adela Verdecia, una mujer de 30 años y madre de tres hijos residente en Jovellanos, Matanzas, quien también murió a manos de su expareja.
El total de feminicidios contabilizados en Cuba en lo que va de año ya supera ampliamente los 34 confirmados en todo 2022.
Ante el notable incremento de crímenes de tal naturaleza en el país, YoSíTeCreo en Cuba difundió a comienzos de 2023 una línea telefónica de apoyo para personas víctimas de violencia de género, en la que quienes lo necesiten pueden disponer de consejería, asesoría legal y ayuda psicológica.
En las últimas semanas entidades feministas independientes cubanas han aumentado las vías para que la población pueda informar de casos de feminicidio o hacer denuncias que puedan contribuir evitarlos.
En febrero de este año más de una docena organizaciones de la sociedad civil lanzaron un tercer llamado para que el gobierno cubano declare el Estado de Emergencia por violencia de género. En 2021 y 2022 también se hicieron alertas similares sin que se lograra una respuesta por parte de las autoridades gubernamentales.
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