El cantautor argentino Fito Páez aseguró que el régimen de la isla “no representa al pueblo cubano”, en respuesta a los sucesos relacionados con el documental La Habana de Fito, del director Juan Pin Vilar, cuya exhibición fue prohibida por el Ministerio de Cultura.
“Yo soy amigo del pueblo cubano, no soy amigo de ellos. Ellos no representan al pueblo cubano. Yo sí soy amigo del pueblo cubano. Y voy a estar allí hasta las últimas consecuencias con lo que haya que hacer”, aseguró este fin de semana el reconocido músico en una entrevista concedida al medio independiente elToque, en la que detalla “minuciosamente” lo sucedido con el documental y la polémica generada por su censura, tras haber sido exhibido en la televisión cubana sin permiso de su director y productores.
Fito afirmó en el diálogo sostenido con el citado medio, en el que abordó varios temas, que “intentar acusarme de ingenuo o presentarme como una persona manipulable habla de lo poco que me conocen”.
“Es una falta de respeto, por otro lado. Para que quede clarísimo, aquí Juan Pin no ejerció ninguna manipulación porque yo no soy un hombre manipulable y tengo mis ideas clarísimas”, aseveró el artista argentino, en respuesta al criterio oficial de que él fue manipulado para abordar ciertos temas escabrosos para el régimen en el filme de Vilar.
También argumentó que “parece una especie de táctica de los Servicios de Inteligencia antiguos. Intentan instalar la idea de que Juan Pin me manipula para que yo diga lo que digo allí”, específicamente sobre la muerte de Camilo Cienfuegos y la pena de muerte en Cuba.
Sobre el tema de Camilo contó que fue “una discusión que tuve con parte de la juventud comunista de esos años. Les planteo: ‘Muchachos, por favor, hay que investigar esto. No tenés que repetir la letra que te dicen, sobre todo si no tenés pruebas científicas’. Yo conté esta anécdota que fue casi una pelea en la Casa de la Juventud en el año 93. Eran chicos que no querían pensar y tenían mi edad”.
Del segundo tema “escabroso” dijo que está “contra la pena de muerte aquí, allí y en todos los lados. No le tengo que pedir permiso a nadie”.
Fito afirmó, además, que vio el documental de Juan Pin Vilar y que le gustó el último corte.
Dijo, que estuvo al tanto “de lo que sucedió primero con la suspensión de los tres filmes programados en el espacio de El Ciervo Encantado. Ahí comienza a haber un poquito de ruido, ¿no? sin ninguna explicación aparente, que es como parece que funcionan las cosas en Cuba, lamentablemente. A estas alturas, estar explicando que las cosas no son de una sola manera parece, por lo menos, paleolítico o medieval. Hay gente que todavía sigue atorada en este tipo de cuestiones”.
Contó también que en una charla que sostuviera su mánager con un viceministro de Cultura le informaron sobre una legislación, sin precisar cuál, “por la cual no se pueden decir cosas en contra del régimen”.
“Mi mánager le dice muy coherentemente cuando avanza esa charla de querer hacerme tocar en La Habana: ‘Mirá, en estas condiciones, con esta ley que está allí rigiendo ahora, cómo vas a invitar a Fito a que vaya’. Finalmente decidió no aceptar”, apuntó el argentino.
Asimismo, comentó sobre la postura de los cineastas cubanos en la reunión en el cine 23 y 12, en La Habana, la cual calificó como “un hecho histórico importantísimo por la búsqueda de libertades”.
“Basta de echarle la culpa de todo al bloqueo norteamericano, subrayó el músico argentino, quien demandó “buscar formas más inteligentes para que no muera gente de hambre ni en el mar ni de ninguna manera”.
“Hay sistemas que fracasan y no mucho más. ¿Defender eso de qué manera y para qué, para sostener qué, posiblemente el ego de unos cuantos líderes? Me parece que no, no vale la pena sacrificar una sola vida humana para que alguien sostenga una idea en favor de su propia vanidad. Ellos piensan que son Cuba, la burocracia cubana no es Cuba. Cuba no es un burócrata. ¿En qué momento las banderas ideológicas representan la vida de los pueblos? La gente es más sencilla, más abierta, más cálida en todos lados, en todos los rincones del mundo”, subrayó el artista.
Además, consideró que lo más relevante de ese último encuentro fue que cineastas cubanos se juntaron y entendieron que “hay una anomalía… un hecho explícito de censura y de manipulación de la información de una manera tan ingenua y tan —te diría— ‘borde’ que entra en el terreno de lo fantástico. El mundo ya pasó. De esa forma ya no vive nadie más en ningún lado”.
La censura al documental La Habana de Fito también generó que un total de 355 artistas cubanos, entre los que se encuentran el cantautor Silvio Rodríguez, el director y guionista Eduardo del Llano, y los humoristas Luis Silva y Ulises Toirac, suscribieran una declaración en la que se acusa a las autoridades culturales de actuar violando sistemáticamente principios éticos.
La misiva también fue firmada por los actores Luis Alberto García, Jorge Perugorría, Néstor Jiménez, Laura de la Uz y Héctor Noas, junto a las del cantautor Polito Ibáñez, el compositor José María Vitier, el guionista Senel Paz, los directores Gerardo Chijona y el propio Juan Pin Vilar, y los críticos Joel del Río, Frank Padrón y Gustavo Arcos Fernández-Brito.
Dicha carta fue el resultado de la reunión que sostuvieron cineastas en el cine 23 y 12, en El Vedado capitalino, donde exigieron al gobierno una Ley de cine que proteja su obra.
"El cine cubano está dañado y lo digo con dolor. Nos estamos quedando sin nuestros jóvenes", declaró el prestigioso director Fernando Pérez, uno de los asistentes.
La reunión tuvo como antecedente la censura oficial sobre el documental de Vilar, que estaba previsto para exhibirse en abril en la sede del grupo teatral El Ciervo Encantado, cuando fue prohibido por el Ministerio de Cultura.
A partir del rechazo que generó esta decisión, las autoridades intentaron disimular la censura con otras acciones igual de arbitrarias e irrespetuosas de la voluntad y compromisos del director del filme.
Fue así que la televisión transmitió el documental en el programa "Espectador Crítico" sin autorización de su realizador ni de la productora audiovisual, aunque sí fueron varios tertulianos oficialistas que hicieron comentarios.
"Me disculpo con los espectadores porque están viendo una copia mala y robada. Explícitamente, esta mañana, después de consultarlo, dije que NO autorizaba la proyección en televisión. No es el corte definitivo", dijo Vilar en sus redes sociales.
Tras su prohibición inicial a exhibirse, el cineasta envió una carta al gobernante Miguel Díaz-Canel mostrando su desacuerdo con la medida, la cual calificó "como un acto deplorable que impone una mirada sesgada sobre el documental y supedita el testimonio de Fito Páez a cuestionamientos políticos o de credulidad histórica".
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