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Luego de desplegar una carrera brillante en el amateurismo, el matancero Andy Cruz conquistó su primer título profesional al disponer anoche de manera unánime del experimentado mexicano Juan Carlos Burgos en el Masonic Temple de Detroit.
La pelea, pactada a diez rounds, presenció un neto dominio del púgil insular, quien se llevó todos los asaltos y se impuso 100-90 en cada una de las boletas de los jueces, para agenciarse así el cinturón vacante de peso ligero internacional de la Federación Internacional de Boxeo.
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El azteca subió a la tarima de Michigan avalado por su amplia carretera en el profesionalismo (35 éxitos y siete fracasos anteriores), y a finales del año anterior le había soportado en pie los ocho episodios de su duelo ante uno de los buenos de la categoría, Keyshawn Davis.
Dicho sea de paso, Davis es un viejo enemigo del cubano, quien lo batió cuatro veces a su paso por los rines amateurs. Hace poco, ambos rivales se enzarzaron en un cruce de palabras en las redes sociales que Cruz sentenció con una frase lapidaria: "Yo no tengo nada que demostrarle a un tipo al que le he ganado cuatro veces".
Antes de la pelea contra Burgos, si bien las apuestas eran favorables al ex Domadores de Cuba, muchos expertos señalaron que podría ser peligroso que se estrenara contra un hombre con más de 300 asaltos a ese nivel del pugilismo. Sin embargo, Cruz ejerció una autoridad que dejó claro que en adelante necesita de adversarios más calificados.
Campeón olímpico y tricampeón mundial, el yumurino de casi 28 años arribó a suelo norteamericano en mayo, tras escapar de la Isla a finales de 2022 con rumbo a República Dominicana.
La salida tuvo lugar tras un intento migratorio fallido que trajo como consecuencia su expulsión definitiva de la práctica deportiva en Cuba.
Al momento de salir de la Isla, estaba considerado el mejor boxeador libra por libra de la escuadra antillana, en la cual militan varios multicampeones olímpicos y universales como Julio César La Cruz, Arlen López y Roniel Iglesias.
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