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Una cubana y su sobrino de 10 años piden dinero en las calles de Holguín para poder comer.
Ambos caminan diariamente casi tres kilómetros desde donde viven hasta el centro de la ciudad, porque supuestamente allí hay más probabilidades de que alguien los ayude.
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Su caso fue develado por la agencia CubaNet.
"Vivimos lejos. Allá no conseguimos nada porque es un barrio muy pobre y hay gente que está peor que nosotros. Venimos a la ciudad porque tenemos más posibilidades", dijo María Lourdes Nodarse Frómeta.
"A veces después de caminar tanto, con mucho sol, no nos han dado nada y ese día pasamos más hambre", agregó.
La anciana denunció que el niño a menudo tiene que faltar a la escuela para salir a buscar dinero o comida. No obstante, se mostró orgullosa de cómo le fue en sus estudios de cuarto grado. "Es inteligente y no ha desaprobado", recalcó.
Anciana y niño se sientan en el bulevar holguinero a sacar cuentas para ver cuánto dinero han recaudado y lo que pueden comprar.
El día que fueron vistos por CubaNet querían comprar harina de maíz para el almuerzo, pero no tenían dinero suficiente: les faltaban 70 pesos.
"La harina está a 105 pesos la libra y tampoco nos alcanza", señaló.
Pasadas las 12:00 del mediodía y sin haber comido nada ninguno de los dos, la anciana denunció la inestabilidad en la venta del pan y el café de la cuota, que empeora su situación.
"Hace cuatro días que no venden el pan. El niño desayuna con lo que aparezca. A veces desayuna con un traguito de café, pero no siempre, cuando aparece. En la bodega tampoco han vendido el café, y ahora en el barrio no hay ni una la latica de café que la gente en la calle vende a 80 pesos. Está dura la vida", concluyó.
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