Manuel, un niño cubano emigrado que visitó recientemente Cuba, protagonizó un emotivo reencuentro con sus amiguitos del barrio, dos hermanos jimaguas que vivieron una inesperada sorpresa que garantiza emoción y nudo en la garganta en quien visualice las imágenes.
El video se ha viralizado en Tik Tok con más de 293 mil reproducciones y mil comentarios, la mayoría de ellos resaltando el valor insustituible de las amistades que se forjan en la infancia, que son las más sinceras y las que suelen durar toda la vida.
"¡Estoy soñando!", se escucha decir en las conmovedoras imágenes a uno de los hermanos en medio de los gritos y la alegría por el reencuentro, en el que no faltaron lágrimas y un abrazo a tres bandas.
"¿Qué bolá, asere?", insistía uno de los hermanitos todavía sin poder creérselo.
"Estás flaco", acotó Manuel, a lo que uno de los jimaguas contestó con un gracioso: "¡Llévame pa' allá pa' que veas como engordo!".
En la última semana varios videos publicados en la misma cuenta de Tik Tok dan fe del valor de ese reencuentro, que aunque se suma a muchos otros que han copado las redes sociales en el último año, tienen en este caso el valor único que deja la infancia: la inocencia.
En otro de los videos compartidos uno de los hermanitos sostenía tímido varios regalos que acaba de recibir, y tras decir "senkiu", preguntaba: "¿Ahora pa' donde llevo esto?"; tierna pregunta que era seguida de un "Pa' tu casa".
Más allá de la entrega de regalos materiales o comidas compartidas en familia, las imágenes dejan sobrada evidencia de que el cariño no se muda de lugar porque el afecto verdadero no conoce de fronteras.
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