Miami-Dade reportó el pasado año una disminución de su población por primera vez desde 1970, a pesar de que el condado apuesta por convertirse en uno de los más importantes centros comerciales y financieros del país.
Un análisis de la Oficina del Censo de la Institución Brookings citado por The Wall Street Journal refiere que este territorio del sur de Florida está ahuyentado a más personas de las que atrae, entre otros factores, por el aumento de los costos de la vivienda y un mercado laboral voluble.
Según el informe, Miami-Dade perdió 79.535 personas a través de la migración neta a otras partes de Florida u otros estados entre 2020 y 2022.
Si bien la llegada de miles de cubanos y de inmigrantes de otras nacionalidades en 2021 y 2022 compensó parte de la pérdida y ayudó a que las estadísticas del condado aumentaran ligeramente el año pasado, la población se redujo entre 2019 y 2022, su primera pérdida de población desde 1970, de acuerdo con los datos que maneja el Banco de la Reserva Federal de St. Louis, expresa el medio de prensa.
La crisis solo se limita a Miami, pues el resto de Florida agregó más personas a sus censos que cualquier otro estado entre 2021 y 2022.
Las personas han decidido empacar sus cosas e ir en busca de ciudades donde valga más su dinero, señala la publicación. En Miami los precios de las viviendas se han disparado un 53% desde junio de 2020, según el sitio de listados en línea Zillow, el segundo metropolitano más importante en cuanto a mercado de vivienda.
Sus anuncios muestran que la mediana de alquiler ha aumentado un 27% desde 2019, y continúan subiendo a pesar de la reducción de la población por una escasez crónica de viviendas de alquiler asequibles, detalla el medio. Incluso los propietarios de casas han decidido salirse.
Un corredor de bienes raíces que nació y se crió en Miami relató que más de la mitad de sus clientes abandonaron el área cuando el costo de la vida comenzó a subir e incluso él mismo decidió mudarse: vendió su casa de Miami por 800.000 dólares y compró una similar en la ciudad de Ocala, en el centro de Florida, por 297.000 dólares, comentó.
Explica que con esta decisión sus ahorros en seguros suman 5.460 dólares al año, pues sus impuestos sobre la propiedad pasaron de 7.000 dólares a menos de 2.000 al año.
Todo esto ocurre a pesar de que la ciudad está en auge, con sus principales avenidas llenas de grúas de construcción levantando edificios.
En Miami-Dade las torres de oficinas también tienen una tasa de vacantes más baja que otras ciudades importantes de los Estados Unidos y la tasa de desempleo del condado de Miami-Dade está muy por debajo del promedio nacional.
Además, se están creando nuevos negocios al ritmo más rápido de la historia del condado, destaca la publicación.
El análisis alerta, sin embargo, que Miami corre el riesgo de seguir el mismo camino que la ciudad de Nueva York y San Francisco, los centros financieros y tecnológicos del país, donde el crecimiento de los empleos de cuello blanco bien remunerados elevó el costo de vida, enviando a muchos de los residentes trabajadores y de clase media a otras ciudades más asequible para vivir.
Miami ya era una de las áreas metropolitanas menos asequibles del país antes de la pandemia y tiene la mayor proporción de "inquilinos con sobrecarga de costos" de cualquier área metropolitana importante, dice el rotativo.
Explica que el 61 % de su población de alquiler está gastando el 30 % o más de los ingresos familiares en vivienda, según un informe publicado este año por el Centro Conjunto de Estudios de Vivienda de la Universidad de Harvard.
Los altos alquileres determinan la vida de sus inquilinos, porque el salario por hora de la zona, aunque aumentó, estaba por debajo del promedio nacional a partir de 2022 y muy lejos de las ganancias en Nueva York y San Francisco.
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