A un año del incendio de grandes proporciones en la Base de Supertanqueros de Matanzas, que dejó 17 personas fallecidas, el régimen cubano avanza en la reconstrucción del lugar y anunció la creación de un memorial a las víctimas.
El siniestro ocurrió al atardecer del 5 de agosto de 2022 cuando un rayo impactó en un tanque con 40 mil galones de combustible. Las llamas se propagaron a otros tres depósitos –que almacenaban el fuel oil y el crudo de la refinería en la Bahía de Matanzas– durante varios días.
En la madrugada del 6 de agosto, desaparecieron 14 personas cuando explotó un segundo tanque de fueloil, muy próximo al lugar desde donde los bomberos intentaban sofocar las llamas del primer depósito incendiado el día anterior, para evitar que la combustión se propagara. Otros tres bomberos fueron localizados en las primeras horas y fallecieron en el hospital.
Aunque el régimen ha calificado la extinción de este incendio, considerado uno de los peores desastres en la isla, de heroico, todavía no ha explicado por qué llevó a la primera línea de un hecho de tal magnitud a cuatro jóvenes reclutas del Servicio Militar Obligatorio sin experiencia: Leo Alejandro Doval Pérez de Prado (19 años), Fabián Naranjo Núñez (20 años), Michel Rodríguez Román y Adriano Rodríguez Gutiérrez.
Esta semana se anunció que un grupo de artistas y arquitectos erigirán un Memorial por los 17 fallecidos en el incendio.
La obra estará encabezada por los creadores Yanelys Mijenes Perdomo y Osmany Falcón (Lolo) y "servirá para exaltar a su vez el heroísmo y la unidad de la nación ante la tragedia, es la propuesta de un grupo de artistas y arquitectos matanceros", precisó en Facebook la Empresa de Proyectos de Arquitectura e Ingeniería de Matanzas (EMPAI).
En la Base, por su parte, se demolieron con ayuda de equipos pesados, los restos de las estructuras dañadas, sobre todo los últimos fragmentos de las paredes metálicas de los cuatro depósitos de combustible siniestrados; y unas 20 edificaciones, incluidos los cubetos de los tanques incendiados, el laboratorio y el depósito de agua, informó el diario oficialista Granma.
En una primera etapa se extrajeron grandes volúmenes de material demolido, y gran cantidad de chatarra y láminas de acero extraídas.
Según el rotativo, el suelo fue sometido a biorremediación, "técnica con la cual recogen el crudo derramado, y luego es concentrado en un espacio concebido en el que se aplican las sustancias necesarias para su degradación".
Rigel Rodríguez Cubells, director de la División Territorial de Comercialización de Combustibles Matanzas, informó que se han asegurado las líneas que transportan el combustible hacia los muelles y viceversa, conductos que estaban calcinados y se sustituyeron en su totalidad; y se prevé interconectar las líneas de tuberías y crear facilidades hacia los muelles uno y dos, lo cual permite realizar la carga del crudo hacia diferentes buques.
También se han soldado cientos de metros de tubos de 20 pulgadas, y se construyeron los soportes para facilitar la interconexión de las líneas, se repusieron los canales eléctricos y se conectaron al sistema tecnológico los otros cuatro tanques de 50 000 metros cúbicos de capacidad que quedaron en desuso desde el incendio.
"En estos momentos se concluye el montaje del segundo de los nueve rolos de chapas de acero del primer depósito", precisa la información.
Rodríguez Cubells afirmó que en estos momentos la Base dispone de agua como garantía de su sistema de extinción de incendio, y que para incrementar el caudal del líquido está aprobado un proyecto para extraer agua de mar con el uso de bombas potentes.
Agregó que será instalado un nuevo sistema activo de pararrayos en torres aisladas y no sobre los depósitos, como ocurría hasta ahora. Dijo que la característica distintiva de estos pararrayos es que disipan el rayo en lugar de atraerlo.
El primer depósito ahora en construcción será muy similar en su estructura al siniestrado, puntualizó el jefe del área de inversiones en la Empresa, Liber Sams Toledo.
Este una membrana flotante interna de aluminio y un domo geodésico. El depósito estará rodeado por un dique de tierra y hormigón, situado a unos 110 metros del tanque, estructura que ante un accidente permitirá recoger una vez y media la capacidad del depósito.
"Estamos en la segunda fase del proceso de recuperación ya que en la primera etapa nos concentramos en demoler las instalaciones afectadas por el incendio y crear condiciones para la construcción de los nuevos tanques", explicó en abril a Xinhua el director de la División Territorial de Comercializadora de Combustibles, Rigel Rodríguez, ingeniero químico que estaba a cargo de las labores de la base.
Sams Toledo detalla que en estos momentos se concluye el montaje del segundo de los nueve rolos de chapas de acero de este depósito y se prevé recobrar, progresivamente, los 200.000 metros cúbicos de almacenamiento de combustible que se perdieron con el incendio en los cuatro tanques.
En todas estas labores han trabajado varias brigadas de obreros cubanos.
La extinción del incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas tardó seis días con sus noches. Más de un centenar de personas fueron hospitalizadas, una comunidad de una veintena de casas desplazada, y solo después de que las llamas se apagaron el régimen pudo iniciar la búsqueda de los 14 desaparecidos: Adriano Rodríguez Gutiérrez, Andy Mitchel Ramos Sotolongo, Areskys Quintero Orta, Diosdel Nazco Vargas, Fabián Naranjo Núñez, Leo Alejandro Doval Pérez de Prado, Luis Ángel Álvarez Leyva, Luis Raúl Aguilar Zamora, Michel Rodríguez Román, Osley Marante Guerra, Osmani Blasco Sosa, Pablo Ángel López Martell, Raciel Alonso Martínez y Rolando Oviedo Sosa.
Testigos que lograron escapar cuando las llamas se propagaron al segundo tanque afirmaron que el fuego abrasó a los bomberos y al resto de las personas desaparecidas, muchos de los cuales eran personal de apoyo como piperos.
El doctor Jorge González Pérez, quien estuvo al frente del grupo de expertos encargado de la búsqueda e identificación de estas personas, concluyó que habían sido encontrados 14 grupos de restos óseos, lo cual coincidía con la cifra de desaparecidos.
En la conferencia de prensa donde se presentaron detalles del hallazgo, el especialista afirmó que no fue posible identificar de forma absoluta los restos de ninguno de ellos, debido a la ausencia de los tres elementos indispensables para hacer el reconocimiento (deca dactilar, muestras dentarias y de ADN), destruidos por la prolongada exposición de los cuerpos a temperaturas de entre 1,000 a 2000 grados centígrados.
La abuela del bombero más joven, el recluta Leo Alejandro Doval Pérez de Prado, cuestionó el envío de los reclutas del Servicio Militar Obligatorio al lugar: ¿Quién va a asumir la responsabilidad de llevar a esos niños allí?. Su nieto había cumplido 19 años y recibió una preparación como bombero de solo 15 días, afirmó.
Todavía no hay una respuesta gubernamental sobe el tema, ni sobre las fallas de seguridad que ocasionaron el siniestro y la muerte de las víctimas.
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