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La policía de Miami-Dade trabaja para identificar a dos ladrones que en la madrugada de este lunes robaron casi un millón de dólares en prendas y dinero de Ernie & The Cat, una joyería y casa de empeños propiedad de un cubanoamericano.
El establecimiento que fue víctima de un aparatoso robo está localizada en Coral Way y la calle 72 del suroeste del condado, en Westchester.
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En declaraciones a la prensa local, el propietario del establecimiento precisó que entraron por el techo, desconectaron la alarma y huyeron con dos pesadas cajas fuertes, una de más de 3 libras y otras de más de 700, que extrajeron a través una plataforma tipo palet.
En uno de los dos videos de vigilancia se ve cómo uno de los dos hombres, que entró por el baño, abrió primero la puerta y observó con detenimiento la escena lugar antes de cometer el robo.
Tras estar entre dos y tres horas dentro del establecimiento, pasadas las 5 de la madrugada los sujetos rompieron parte de una pared, de una puerta y una reja para sacar las cajas fuertes. Acto seguido montaron la mercancía en una camioneta Van y escaparon.
El propietario de la joyería -que ha decidido proteger su identidad por temor a los ladrones- cuenta que pasadas las 5 de la mañana recibió una inesperada llamada de la compañía de la alarma que tenía contratada, diciéndole que la policía los había llamado a ellos por un robo en el local.
La víctima considera que los ladrones sabían lo que estaban haciendo, pues incluso giraron la cámara de seguridad para arriba, lo que impidió que quedara registrada buena parte de su fechoría.
Un familiar de la víctima indicó que los delincuentes al parecer rompieron la pared de adentro hacia afuera, de acuerdo a como quedaron los escombros tirados en el suelo.
Medios de prensa no han precisado cómo los ladrones rompieron exactamente la pared, que ahora está protegida temporalmente con una madera de grandes dimensiones.
“No tenemos seguro, la cosa está dura”, admitió en declaraciones a Telemundo 51 el cubano propietario de la joyería, quien a pesar del mal momento que atraviesa prefiere ser optimista.
“Al final me voy a morir, tenga dinero o no tenga dinero. Me molestó muchísimo porque he trabajado muy duro y he perdido prácticamente todo, pero no importan, seguimos adelante”, concluyó.
Además de recolectar elementos de prueba y huellas dactilares en la joyería, la policía también trabaja con las cámaras de seguridad del lugar y de otros negocios aledaños que podrían ayudar a identificar la placa del vehículo que usaron para el robo y a los dos ladrones, que según el dueño, tendrían unos 30 años.
El singular robo ocurrió en una zona céntrica e hispana del condado.
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