La madre de una deportista cubana de taekwondo que sufrió un desmayo en pleno combate en los Juegos Centroamericanos y del Caribe culpó al entrenador.
"Su entrenador no hizo nada, nadie me llamó siendo ellos responsable de mi hija para explicarme lo sucedido", denunció en redes sociales Marisol Sardiña, madre de Dalila Villamil, quien compitió en la categoría de 49 kilogramos, pero cayó al suelo cuando se enfrentaba a la dominicana V. Lara.
En su texto condena que el entrenador Arlen M. González haya desoído a su hija cuando esta le alzó la mano en señal de que sacara la tarjeta.
Ahora, ante los reclamos de la madre, ha sido denunciada porque presuntamente "soy una desequilibrada, que soy una amenaza para él y su familia" luego de exponer el caso públicamente en redes sociales buscando una explicación para lo sucedido en el combate.
"Soy yo la desequilibrada cuando él y Avilio funcionario de atención a la población del Inder violaron lo establecido y lo utilizaron en mi contra, solo les digo nadie me va a impedir que siga luchando por mi hija, que se haga justicia este es un país de equidad, de igualdad, de justicia, para callarme tienen que dar solución a todos mis planteamientos", expresó contundentemente.
En su denuncia previa la madre de Dalila reveló que había intentado conducir sus quejas por maltrato psicológico y abuso de poder del entrenador, pero no recibió respuesta en las distintas instancias oficialistas.
Sardiña expuso que su reclamo había sido con un trato “correcto, digno, justo, honesto, de un entrenador”, pues los deportistas no tenían por qué “seguir sometidos a tanto maltrato, a tanta injusticia”.
“No soporto más y ante la ignorancia de muchos dirigentes en este sector, lo quiero dar a conocer a todos para que sirva de ejemplo y luchen para que el Deporte sea un derecho del pueblo, no el lucro de quienes lo representan hay que criticar el actuar del entrenador al mostrarse sin interés, ni accionar cuando la atleta matancera sufre su caída en la zona de combate”, explicó.
Un video del hecho ocurrido en julio mostró los instantes previos al desmayo, cuando la joven matancera cayó prácticamente sobre su espalda y a partir de entonces comenzó a mostrar dificultades para incorporarse.
Después de unos segundos arrodillada, con las manos apoyadas en el suelo y mirando hacia abajo, Villamil se levantó lentamente y avanzó unos centímetros antes de volverse a inclinar hacia adelante con las manos sobre sus rodillas.
Finalmente, se desvaneció y cayó boca arriba, con brazos y piernas abiertas.
Inmediatamente corrió hacia ella un representante del cuerpo médico que al no poder reanimarla, pidió ayuda a sus colegas.
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