El Banco Central de Cuba advirtió a la población que la venta de pesos en efectivo que se ha abierto paso recientemente en el mercado informal, es ilegal.
Así lo explicó durante un encuentro con la prensa, Alberto Quiñones Betancourt, vicepresidente del Banco Central de Cuba (BCC), quien alertó sobre otra ilegalidad: el cobro de comisiones a las personas que requieren o desean efectuar el pago electrónico.
Empeñados en llevar adelante una medida que no acaba de ser entendida ni aplaudida por la población, los medios oficialistas y dirigentes cubanos no pierden la ocasión de celebrar los “beneficios” del proceso de bancarización emprendido tras la aprobación a comienzos de agosto de la Resolución 111.
La medida, aprobada en un momento crítico con la disponibilidad de efectivo en las entidades bancarias de Cuba, no hizo sino agudizar esta crisis y crear incertidumbre en una población a la que se le limitó a 5,000 CUP la extracción de efectivo diario.
Grandes colas en los cajeros, trabajadores a la espera de cobrar sus salarios, pagos retrasados entre actores económicos… la lista de problemas agravados por el proceso de bancarización se ha ido ampliando en el transcurso de agosto, hasta llegar a una situación inédita en el mercado informal de divisas en Cuba: la venta de CUP en efectivo, a un precio superior al del peso cubano bancarizado.
A ese problema en específico se refirió Quiñones Betancourt, indicando que “las personas que ofrecen dinero en efectivo contra mayor cantidad por transferencia”, están cometiendo una “ilegalidad”.
“Estas conductas –advirtió– son violatorias de la Resolución 111”, recogió este viernes el periódico Granma, subrayando las palabras del directivo.
Este miércoles, según la tasa representativa elaborada por el medio independiente elTOQUE, el peso cubano en efectivo valía 1.10 CUP pagados por transferencia.
Luego de mantenerse un par de días con esta tasa de cambio, este viernes el valor del CUP en efectivo se situó en los 1,08 pesos bancarizados; una ligera bajada de dos centavos que se corresponde con la baja generalizada de las cotizaciones en el mercado informal de divisas.
A mediados de agosto, Quiñones Betancourt afirmó que la falta de efectivo en los bancos de Cuba no es consecuencia de la bancarización.
“La red de cajeros automáticos no es el eje de la bancarización. Necesitamos que funcione correctamente, pero no es el eje de la bancarización”, dijo el vicepresidente del BCC.
Entrevistado en el programa Mesa Redonda de la televisión oficialista, el directivo reconoció que la situación con el efectivo es “crítica”, con un alto nivel de demanda y bajo de depósitos en las sucursales bancarias, pero afirmó que la prioridad para el BCC es contar con efectivo disponible para la población, las familias, jubilados y trabajadores cubanos.
Este martes, el ministro-presidente del BCC, Joaquín Alonso Vázquez, le explicó al primer ministro, Manuel Marrero Cruz, que los “nuevos actores económicos” ofrecen “resistencia a la medida” de bancarizar las transacciones para los cobros y pagos.
Según Alonso Vázquez, se “han detectado nuevas formas de gestión que, teniendo habilitado canales electrónicos de pago, exigen a la población hacerlo en efectivo lo cual constituye una resistencia a la medida”.
“Nadie se puede negar a que un cliente le pague electrónicamente”, zanjó Marrero Cruz esgrimiendo un discurso que no tienen argumentos económicos detrás, pero sí esa pulsión represora que siempre va por delante en dictadura.
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