Un ejemplar de oso adulto pernoctó en la entrada de una casa en Naples, Florida, y su aventura quedó registrada en las cámaras de seguridad de los propietarios.
El plantígrado llegó hasta la entrada principal de la casa, olfateó, acomodó con sus patas la alfombrilla y se tiró encima de esta a echar una siesta, como se ve en el video compartido por redes sociales.
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Tan profundo fue el sueño, que el oso negro adoptó varias posiciones relajadas. En una de ellas casi quedó panza arriba, quedando expuestos sus atributos ante el indiscreto ojo de la cámara.
“¡Ese es el primo del oso de cocaína, el oso cogollo!”, bromeó un usuario de Instagram en la publicación de miamicertified, contraponiendo la violencia del oso de película al relajado sueño del oso de Naples.
“Definitivamente podría verme muriendo por intentar acariciarlo”, dijo otra usuaria flechada por la adorable imagen del oso.
“¿Quién necesita sistemas de seguridad cuando tienes a este tipo en tu puerta?”, comentó una tercera ante la poderosa imagen del animal.
A mediados de agosto, una mujer en Daytona Beach, Florida, pasó el susto de su vida cuando un oso la “visitó” en la entrada de su casa.
Gina Helsel recogía a su perro del porche de su casa cuando un oso asomó la cabeza por la esquina. El suceso quedó registrado en las cámaras de seguridad de la casa en las que se aprecia el grito de la mujer al darse cuenta de la naturaleza del visitante.
“Siempre estoy buscando caimanes, siempre estoy buscando serpientes, y tengo un gran miedo de, como, un coyote o algo así, pero los osos, simplemente no pienso en ellos”, confesó la mujer.
Un mes antes, un enorme oso negro se apareció por sorpresa en un barrio de Homestead, en Miami-Dade, donde estuvo un buen rato caminando.
Sin embargo, dos días después las autoridades de Homestead lo atraparon utilizando un método tan simple como efectivo: usando unos donuts para atraerlo.
Michael Orlando, biólogo de profesión, explicó que a los osos les gusta el azúcar y estas rosquillas están entre sus dulces preferidos.
Una vez apresado, los especialistas de pesca y vida silvestre, lo regresaron a su hábitat natural en el área de Naples, donde abundan los cipreses y les gusta vivir a estos animales.
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