La historia escrita este año por la cubana Melissa Vargas quedará en los anales del voleibol mundial como una proeza de ribetes mágicos: ganó el oro y el premio MVP en la Liga de Naciones, y menos de tres meses después hizo lo mismo en el Campeonato de Europa. En ambos casos, con Turquía como gran beneficiada.
De 23 años, la atacadora opuesta recibió la nacionalidad de ese país euroasiático en abril de 2021, y enseguida las ‘Sultanas de la Red’ comenzaron a dar muestras de crecimiento en su nivel de juego.
Primero fue decisiva en la Liga de Naciones, con triunfo final sobre el equipo chino. El mundo se puso a sus pies, y Turquía empezó a regalarle todos los elogios.
El remate de la faena llegó hace apenas unas horas, con el éxito en cinco sets (y con remontada) sobre Serbia, en partido donde la cienfueguera anotó la friolera de 41 tantos.
En su cuenta de Twitter, el presidente Recep Tayyip Erdogan afirmó que el país se siente “orgulloso” de esa victoria -la primera en esos campeonatos-, y aunque no quiso individualizar la gesta, seguramente se acordó de cuando él mismo le entregó el documento de identidad turco a la cubana. ¡Vaya acierto!
Vargas era, de lejos, la atleta más talentosa de la escuadra insular de voleibol, pero en 2018 fue sancionada por la federación nacional de ese deporte, que le impuso cuatro años sin poder participar en competiciones nacionales e internacionales a raíz de que firmara con el club suizo Volero a espaldas de la entidad doméstica.
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