"El resplandor", así bautizó un cubano un hueco lleno de agua del que presume como su piscina personal en plena calle habanera.
"Mientras tanto en #Cuba así es como único este cubano se puede imaginar que es disfrutar de una 'piscina'", escribió el influencer Alain Paparazzi junto a un video difundido en sus redes que muestra feliz al bañista.
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Las imágenes muestran cómo el hombre en cuestión dialoga con otros testigos mientras sostiene en una mano un tabaco y en la otra lo que parecer ser un trago de alcohol. "Y en un rato me traen un entremés", se le escucha decir en medio de la risotada colectiva.
Varios internautas apodaron al cubano feliz como el "ponchero de la ruta 10" y alguien situó la escena en la Calzada de San Miguel, entre 2da y 3ra, en el municipio capitalino San Miguel del Padrón.
En el apartado comentarios de la publicación un amplio espectro de opiniones sobre la escena, que ya es recurrente y que para unos es evidencia de la pobreza imperante, mientras que para otros es una muestra fehaciente de la máxima "a mal tiempo buena cara".
"¿Nos reímos o lloramos?"; "No le veo ninguna gracia"; "Síndrome de Estocolmo"; "Antibiótico natural"; "Es mas fácil ponerle azulejos a un hueco en la calle y convertirlo en piscina, que esperar que el gobierno lo repare", opinaron algunos.
No pocos coincidieron en el peligro para la salud que representa tal baño y recordaron que en Cuba no hay medicamentos para tratar ni un dolor de cabeza.
Tampoco faltaron quienes se mostraron compasivos y apuntaron que está tratando de ser feliz a su manera en medio de la miseria imperante.
Los videos de piscinas improvisadas en los más disímiles e insólitos contextos han devenido en un clásico de la resiliencia que muchos achacan a los cubanos.
Hace pocas semanas se viralizó el video de un cubano que calificó una bañadera llena de agua en plena calle como su "piscina climatizada", ello porque dos galones de hielo lo ayudaban a mantenerla fresca bajo el agobiante sol cubano.
En marzo, otro joven cubano hizo gala en redes sociales de su "piscina privada" en otra calle de La Habana, creada en ese caso gracias a un enorme salidero del que brotaba un agua cristalina.
Pero las piscinas improvisada son de larga data y dignas de catálogo en Cuba. En 2017 trascendió un video que mostraba a unos niños que convirtieron en piscina un charco profundo creado con ayuda de la lluvia en un bache en un barrio habanero.
En agosto del paso año, otra docena de niños hizo suya una piscina improvisada de agua sucia en Marianao, La Habana, tras dos días sin abasto de agua.
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