Vídeos relacionados:
El cantautor Willy Chirino se emocionó al descubrir un antiguo texto dedicado a él, escrito por el fallecido periodista y analista político cubano Carlos Alberto Montaner.
"Limpiando gavetas me encontré con este papel que me puso a llorar. Siempre tuve un gran respeto por Carlos Alberto Montaner pero nunca había leído lo que acabo de poner (en las redes)", dijo Willy Chirino emocionado.
Lo más leído hoy:
El músico cubano lamentó no haber tenido la oportunidad de agradecerle al escritor y periodista "por tantas frases hermosas" que le dedicó en este texto.
En su publicación adjuntó una foto del artículo titulado "Willy Chirino, el nuestro", a la firma de Montaner. No se detalla en qué medio de prensa fue publicado, ni en qué fecha, pero se puede ver cuándo el escritor escuchó por primera vez la música del cantante y cómo ese disco llegó a él.
"La primera vez que escuché una grabación de Willy Chirino fue en los años setenta. Creo que tenía un niño en la cubierta y se llamaba One man alone. La música y su autor me parecieron excelentes, pero tampoco olvido las curiosas palabras de quien me obsequió el disco. Con un aire de complicidad y orgullo me dijo: 'Es de los nuestros'", recordó Montaner.
No necesitó más aclaraciones porque aquella frase "en los códigos de la emigración quería decir que era un exiliado".
"Luego supe que era un Pedro Pan, que había llegado a la Florida en 1962, con catorce años y que sus padres recorrieron honorablemente el calvario de las tomateras y los trabajos humildes hasta lograr estabilizar a la familia y sacarla adelante. Por eso era de los nuestros. De los que llegaron a un Miami ajeno y distante, sin otro inglés que el necesario para entender a Felo Ramírez cuando narraba un juego de pelota. Willy formaba parte de esa tribu peleadora y altiva que no perdió un minuto en llorar por lo que había perdido. Esa energía la necesitaba para conquistar sin desmayos el futuro".
El escritor detalla cómo poco a poco Willy Chirino se convirtió en un referente de la cultura cubana en Estados Unidos, enriqueciendo la identidad de los exiliados.
"Nuestra cultura, bruscamente separada del tronco cubano, encontraba en su música unas raíces que parecían perdidas. Se había traído a Cuba en el oído y en la garganta, pero no para reiterar mecánicamente las viejas fórmulas musicales, sino para inyectarle nuevas influencias, nuevos ritmos y, en suma, hacerla evolucionar en una dirección moderna y diferente, a tono con los tiempos", explicó.
Se refirió también a la temática que ha caracterizado a la obra de Willy Chirino, destacando su impronta en el pensamiento político de muchos cubanos.
"...No renunciaba a su compromiso con la libertad. Sabía que en el mundo artístico, tan indulgente con las dictaduras de izquierda, se pagaba un precio por defender los ideales democráticos, pero ni él ni su mujer Lissette -otra artista extraordinaria y entrañable- estaban dispuestos a permanecer en silencio. Sin miedo y sin calcular los costos, les cantaron a las víctimas, denunciaron al tirano y ayudaron (y ayudan) a quienes llamaban a su puerta en busca de apoyo. Por eso era de los nuestros. No se escondía en la torre de marfil: salía a pelear a cara descubierta", dijo Montaner sobre Chirino.
Cerró el artículo recordando que pocas veces un artista logra cautivar a sus coterráneos como lo ha conseguido el autor de "Ya viene llegando".
"La melancólica frase que asegura que "nadie es profeta en su propia tierra" suele ser cierta, pero resulta absolutamente falsa en el caso de Willy Chirino. Tal vez no hay ningún artista en el exilio que genere tanta simpatía. Y es natural. Me lo explicaron hace treinta años: es de los nuestros. Quererlo es una expresión de la autoestima", aseguró Montaner.
En mayo de 2023, Carlos Alberto Montaner publicó en CiberCuba un texto que tituló "Mi última columna" y fue una despedida dirigida a sus lectores en la isla, en el exilio y en todo el mundo.
En ese artículo confesaba que a sus 80 años padecía una enfermedad rara, conocida como Parálisis Supranuclear Progresiva, y se sentía preparado para abandonar la pasión por la escritura. Pocas semanas más tarde falleció en Madrid, el 29 de junio, rodeado de sus seres queridos.
Archivado en: