Varias madres cubanas con hijos con enfermedades crónicas exigieron que se les garantice calidad de vida, y cuestionaron al régimen por no hacer nada por aliviar su situación, mientras repite su desgastado discurso de la potencia médica.
La activista Avana de la Torre entregó el 10 de octubre en la oficina de Cruz Roja cinco casos médicos que llevó a la oficina del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) el pasado 19 de septiembre.
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Según relató en su Facebook, fue a la sede acompañada de un médico, y fue recibida por señora Begoña Arellana, representante de la organización.
"No he querido hacerlo mediático porque lo que estoy pidiendo es una ayuda, una oportunidad para estos pequeños que han sido olvidados porque el sistema de salud comunista cubano y por Unicef Cuba", aclaró.
Avana recordó la vulnerabilidad de los niños en Cuba, ya que muchos están enfermos y no tienen acceso a medicamentos; escasean los alimentos, otros no tienen donde vivir ni estructura familiar, con sus padres o madres presos o emigrados.
Uno de los casos que denunció es el de Anne Jorge, cuya hija tiene parálisis cerebral, y le exige al gobierno una buena alimentación y recursos médicos, incluidas las sesiones de fisioterapia.
"Dónde está Unicef, qué hace Unicef? ¿Qué hace el PCC? Mi niña solo tiene ocho años y a pesar de tantas patologías que tiene, tiene una pésima calidad de vida. Dónde estás, PCC, que no te interesa un caso como el de Yohaira, que ha sido tan ignorado por ustedes y olvidado por Unicef. Dónde estás, potencia médica, que no sé qué rumbo cogiste, porque verdaderamente en Cuba no estás, y si estás, estás vestida de mentiras y engaños", demandó en su perfil de Facebook.
Anne lleva tiempo reclamando a las autoridades que les den atención a su caso y al de otros menores con padecimientos que no tienen cura.
En septiembre, compartió un video en sus redes exigiendo ayuda para reparar su casa, que posee graves problemas estructurales e incluso el techo del cuarto de la niña se filtra cuando llueve.
Otra madre cubana que se sumó al reclamo es Yéssica Peña, cuya hija de seis años necesita un trasplante de esófago y otros recursos para que pueda comer.
Anne y Yéssica están retando a todas las madres cubanas a que exijan que se acaben las carencias para los niños, que reclamen una libertad que tantos codician pero no tienen valor de reclamar, y a los cubanos, para que luchen por el bienestar de sus hijos, padres, familias y amigos.
"No se callen más, es hora de luchar por nuestra libertad", sentenció Yéssica.
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