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El gobernante Miguel Díaz-Canel afirmó que los cubanos que odian a la revolución son aquellos que se fueron del país y ahora no encuentran el sueño americano.
En la Mesa Redonda, Díaz-Canel alegó que no tiene que haber una ruptura con quienes se van por causas económicas, y subrayó que muchos de ellos están interesados en tener proyectos en la Isla para su beneficio personal pero también para que Cuba avance.
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"A otros, lamentablemente, los llenan de odio. Creo que en ese odio hay una situación también de no reconocer el fracaso, porque hay algunos que se van –no voy a hablar en términos absolutos si son más o menos–, pero que realmente no encuentran el sueño americano, quedan en una situación más desventajosa, incluso, que en la que puedan estar en Cuba, por lo menos quedan en una situación de más inseguridad social que la que puedan tener en Cuba", dijo.
Según el dirigente, es tanto el odio que les han despertado a esos cubanos que emigraron, que no son capaces de reconocer que el país adonde fueron no los acogió ni les dio las posibilidades que esperaban.
"Entonces se vuelven contra Cuba, contra la revolución, como si fuera la revolución la causante de que ellos tomaran esa decisión", recalcó.
Obviando el hecho de que más del 20 por ciento de la población cubana está afuera y gran parte de los que quedan se quieren ir también, Díaz-Canel intentó minimizar la gravedad de la crisis, alegando que hay muchos cubanos interesados en hacer su vida en la Isla.
"La gente dice: 'bueno, pero también se nos están yendo los jóvenes, los profesionales, las mujeres en edad reproductiva'. Todo eso es cierto. Pero ¿por qué también no hablamos de los que se quedan, de los que sí encuentran un proyecto en Cuba", cuestionó.
En entrevista con la periodista Arleen Rodríguez Derivet, el gobernante volvió a acusar a las leyes migratorias de Estados Unidos de provocar que la gente se lance a aventuras peligrosas para llegar a ese país.
"Fíjate que los emigrados cubanos salen de Cuba legalmente y se convierten en ilegales en el tránsito hacia Estados Unidos, y caen en manos de coyotes, caen en manos de redes de tráfico humano y muchos pierden la vida; otros la pierden en el mar cuando se van en balsas inseguras. Eso crea una situación de desconcierto y humanamente es lamentable", precisó.
"Son fenómenos que están en el orden de la psicología social, del comportamiento social en momentos de crisis, en momentos donde las relaciones entre Cuba y Estados Unidos son relaciones con una asimetría tremenda y donde están marcadas, sobre todo, de parte del gobierno de Estados Unidos hacia Cuba como una política de máxima presión, de genocidio, de estrangulamiento, y provoca todas esas cosas", detalló.
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