Un padre cubano envió a esta redacción un amargo texto en el que describe la agobiante situación del pueblo, sumido en una crisis sin precedentes: sin medicinas, sin comida y sin salarios justos para hacer frente a los abusivos precios de los productos.
Este hombre asegura que los niños y adolescentes están tan carentes de todo que ningún joven soporta vivir en Cuba, y cuestionó al gobernante Díaz-Canel, que intentó restarle importancia al éxodo masivo.
Para terminar su mensaje, este ciudadano honesto exige al gobierno que haga cambios, que se siente a dialogar sin pensar en políticas, solo en el pueblo, que no puede suplir las principales necesidades.
A continuación transcribimos íntegramente el testimonio enviado a CiberCuba.
"Se continúa con los abusivos precios en el único mercado que tenemos, que son los particulares. No contamos con salarios justos que suplan las necesidades de nuestra población, siempre se dice que esto se hará progresivamente, pero no vemos el día en que ocurra tal milagro. Nuestras vidas se encarecen, por lo que ya nos cuesta vivir en este país.
Nuestros hijos están carentes de todo tipo de necesidades como niños y adolescentes, ningún joven soporta vivir en este país, porque las escuelas tanto internas como seminternados no cuentan con las condiciones básicas para su buen proceder.
Estamos cansados, todos los sistemas de este país han colapsado. No hay medicinas, no hay comida, no se les puede dar dinero a nuestros hijos para la merienda, no desayunan bien o como deberían de alimentarse; tenemos que sacrificar un salario completo para un par de zapatos y no buenos. Solo decirles que es muy triste lo que se vive en nuestro país.
El presidente de Cuba dijo que solo se habla de los que emigran, que por qué no hablan de los que se quedan para ver progresar el país, y yo digo que de qué forma se ve el progreso del país cuando lo han desmoronado por completo, y lo más bonito, que no soy solo el que piensa de esta forma, es todo un pueblo que no mira a ningún dirigente como verdaderos líderes.
El salario que un trabajador devenga en un día no alcanza ni para comprar una libra de pollo, que cuesta 265 pesos. De qué valores se habla, de qué conquistas se habla, de qué dignidad se habla, de qué principios si lo que estamos avergonzados [es] delante del mundo. Sé que esto que estoy diciendo hay algunos que todavía no lo quieren ver porque viven ciegos, pero no podemos continuar con aquello, diciendo que la guerra de los mambises, que el triunfo de la revolución, etc.
Si el mundo cambia debemos cambiar y dialogar de una buena manera sin pensar en políticas, sino solo en un pueblo carente de las principales necesidades que es la subsistencia. Para mí no se están haciendo las cosas nada bien, y siempre criticar lo mal hecho porque es mi deber como ciudadano. Un saludo y bendiciones".
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