La activista cubana Rosa María Payá, pidió al relator para los Derechos Humanos (DD.HH) de la Unión Europea (UE) que visite a José Daniel Ferrer, el líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) en prisión desde el 11 de julio de 2021.
“Representante de la UE, Eamon Gilmore, le insto a visitar a José Daniel Ferrer en prisión y comprobar usted mismo la realidad de más de mil presos de conciencia en Cuba. Escuche las voces de la alternativa y de las víctimas que la dictadura silencia”, escribió Payá en X.
A finales de junio, la familia de Ferrer consiguió verlo en prisión tras varios meses de incomunicación y denunció el alarmante deterioro físico que padece el líder opositor de la UNPACU.
Tras la visita, la preocupación por la salud del opositor se disparó, con declaraciones de fuentes cercanas a la familia denunciando que Ferrer se encontraba muy delicado tras una golpiza recibida en abril.
“Es un pobre esqueleto”, dijo una activista que denunció otras torturas sistemáticas que los represores del régimen aplican sobre el opositor, y que le han mermado la capacidad de movimiento y de hablar.
Por su parte, la esposa del detenido, Nelva Ismaray Ortega Tamayo y sus hijos encontraron a Ferrer “en ropa interior, con dificultad para caminar, fuertes dolores en sus manos, brazos y piernas, extremadamente delgado, con dolores de muela y pérdida de la visión”.
“El cuerpo de José está lleno de lesiones, a tal extremo que no quería abrazar al niño para no contagiarlo con la bacteria que presenta en la piel hace meses”, indicó la hermana de Ferrer. Según Ana Belkis Ferrer García, “José Daniel contó a su esposa e hija que durante los meses de abril y mayo no podía caminar y ahora lo hace con mucha dificultad”.
La alarmante situación motivó una declaración del subsecretario para Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado, Brian A. Nichols, quien exigió a través de X la inmediata liberación de Ferrer, detenido “en condiciones infrahumanas en Cuba”.
“Tras meses privados de contacto, su familia informa que el estado de Ferrer es grave. Su protesta pacífica del 11J no amerita crueldad ni encarcelamiento. #PresosPorQué”, concluyó el funcionario estadounidense.
El relator para los DD.HH de la UE, Eamon Gilmore, viajará a Cuba del 22 al 25 de noviembre para “analizar la situación creada antes, durante y después de las manifestaciones y detenciones” del 11J, según explicó en mayo el jefe de la diplomacia del bloque europeo, Josep Borrell, durante su visita a La Habana.
La ocasión ha motivado la solicitud de varios activistas e integrantes de la sociedad civil cubana de que Gilmore sostenga encuentros con presos políticos y sus familiares. En ese sentido, también se manifestó Carolina Barrero, impulsora de la plataforma ‘Cuba dice NO a la dictadura’, quien visitó al funcionario europeo en Bruselas.
“Hablamos de la situación de los presos y perseguidos políticos, del acoso a sus familiares, de las formas de tortura y tratos degradantes a las que son sistemáticamente sometidos, de la falta de acceso a una defensa justa e independiente del Estado, de la criminalización de los derechos civiles y la participación política”, dijo Barrero a finales de octubre.
Tras la reunión, la activista e hizo votos para que la visita de Gilmore “sea una oportunidad para que la UE manifieste de forma explícita su apoyo a quienes sufren la opresión y cada día luchan por una Cuba sin dictadura, justa y libre, donde el culto a la dignidad humana sea la ley primera”.
Este martes, la presión sobre el relator para los DD.HH de la UE vino de la mano de la hija del Premio Sajarov, el líder opositor Oswaldo Payá, fallecido en circunstancias sospechosas en Cuba. La coordinadora de la plataforma Cuba Decide abogó por Ferrer y los más de 1,000 presos políticos que el régimen cubano mantiene encarcelados tras las históricas protestas del 11J.
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