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Gina Sao, la abuela cubana que logró viajar a Estados Unidos con su nieta luego de pasar horas plantadas en el aeropuerto de La Habana ante la negativa del gobierno a dejar volar a la menor, agradeció a Dios y a todas las personas que contribuyeron a que hoy puedan estar juntas “en libertad” en ese país.
Sao publicó este miércoles en sus redes sociales un emotivo mensaje de gratitud: “Hoy quiero dar gracias a Dios y a todas las maravillosas y valientes personas que hicieron posible que hoy mi nieta pueda estar en libertad junto a mí en este gran país”.
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La abuela mencionó en primer lugar a la activista y opositora Diasniurka Salcedo Verdecia, a la que calificó como “mujer valiente y con gran corazón, que desde dentro de Cuba se enfrenta a la dictadura asesina”.
“A Suri Abreu, que me ha apoyado y ayudado desde el comienzo de esta odisea, a mi hermana Bárbara Ulabarro, a Ailin. A Mario J. Pentón que estuvo pendiente del caso todo el tiempo desde que lo contacté desde el aeropuerto de Cuba, a Dody Paz, al doctor Alexander Jesús Figueredo Izaguirre, a ADN Cuba, a Esteban Rodríguez. Y a todos los que compartieron y siguieron mi caso”, destacó la mujer, y deseó bendiciones a cada uno de ellos.
Sao es la madre de Yenisley Perdomo, una cubana de 37 años que murió de cáncer en La Habana, el 25 de octubre pasado, a poco de haber recibido una visa humanitaria para atenderse en el exterior, ya que en Cuba no estaba recibiendo ningún tratamiento.
Al dolor por la pérdida de su hija, se sumó el provocado por la negativa del régimen a dejarla llevarse consigo a su nieta de 11 años a Estados Unidos, donde reside.
Sao permaneció el último año en Cuba cuidando de su hija enferma, pero tras su deceso, decidió llevarse a la menor con ella, pues su padre está preso.
“Soy residente en Estados Unidos y llevo casi un año en Cuba cuidando a mi hija y mi nieta de 11 años. A mi hija le llegó el parole, pero fue demasiado tarde para ella”, lamentó la señora en un mensaje en el que pidió ayuda para hacer posible el viaje.
“Mi nieta no tiene a nadie más porque el padre está preso y está de acuerdo en que me lleve a la niña. Estamos prácticamente desamparadas y no he podido conseguir llevarme a la niña porque necesito obtener la custodia. Es un trámite complejo y demorado por razones que desconozco. Mi nieta y yo no tenemos a nadie más en este país y tampoco tenemos vivienda...”, argumentó entonces.
El viernes pasado, abuela y nieta llegaron al Aeropuerto Internacional José Martí, pero las autoridades les impidieron volar, alegando que ella no tenía la custodia legal de la menor, a pesar de que el papá desde la cárcel accedió a su salida definitiva por medio de un poder notarial.
Ambas permanecieron plantas en la terminal aérea durante horas, hasta que pudieron tomar un vuelo el sábado en la tarde luego de cambiar de aerolínea.
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